sábado, 21 de marzo de 2020

Los primeros días de confinamiento

Paranoia de limpieza.- La equivocación entre el bote de alcohol y el de lejia en spray me hizo pensar que mi ordenador habia sido invadido por un virus informático. Resultado: mi teclado actuaba como si estuviera poseido y hackeado cuando en realidad era la paranoia por el coronavirus el que le habia trastocado. Puedo asegurar que mi teclado no trasmite nada.

Sobreinformación radiofónica.- Si antes mataba mi soledad con la radio, ahora sólo la quito cuando me voy a dormir.

Pueblo disciplinado.- Al salir a comprar al supermercado, he pensado que si con las medidas preventivas que estamos tomando la ciudadanía no conseguimos parar a este virus, será que es más listo que nosotros y habrá que darle la partida como si fuera una de ajedrez.

Ahora planificado.- Pensaba que esta cuarentena yo sería dueño de mi tiempo, en lugar de mi agenda electrónica. Y, en cambio, mi agenda pita a todas horas: convocatoria de aplausos, limpieza de manos cada 15 minutos, sacar al perro, hacer gimnasia, baila.

Hasta me he hecho un horario.





viernes, 20 de marzo de 2020

Cumple de Alessandro

Hoy, 20 de marzo de 2020, Alessandro, mi hijo italiano, cumple 18 años. Alcanza su mayoría de edad y yo no podré acompañarle como hice en los anteriores diecisiete cumpleaños. Ya decía mi padre que no había bisiesto bueno y por lo que llevamos de siglo XXI no le faltaba razón.
Con esta entrada quiero estar cerca de él que vive en la Lombardía, la región más castigada por el Coronavirus.

Lleva casi un mes con clases por videoconferencia y por otros medios telemáticos. Afortunadamente, Alessandro nació con el euro, en 2002 (¡Cuántos ceros  y cuántos doses  en esta entrada!) y su afición por la tecnología,  a veces criticada, ahora resulta beneficiosa.

AUGURI!! BUON CUMPLEANO HIJO!!

Tendremos tiempo de celebrarlo




jueves, 19 de marzo de 2020

Con el coronavirus, vuelve mi blog.

Ya son cinco días de confinamiento y el proceso de adaptación a esta nueva situación se va ajustando.

Porque es cierto que no me aburro porque tengo: llamadas, mensajes de whatapp, videos creativos, convocatorias de salir al balcón, comprar el pan (porque ahora ya no congelo, me lo como todo y es la excusa diaría para salir a la calle), teletrabajo, videoconferencias con los amigos, etc. Vamos, que no tengo tiempo para leer.

Así, que esta mañana he pensado en volver a escribir en este blog que lo tenía abandonado desde que Facebook invadió nuestras conversaciones y mentes. Espero que como al inicio, sirva de intercambio, de conversación, de debate, de polémica.

Me voy a poner el límite de tres párrafos para tener tema que escribir cada día. Mañana os contaré un poco mis primeros días de confinamiento.