Sobreinformación radiofónica.- Si antes mataba mi soledad con la radio, ahora sólo la quito cuando me voy a dormir.
Pueblo disciplinado.- Al salir a comprar al supermercado, he pensado que si con las medidas preventivas que estamos tomando la ciudadanía no conseguimos parar a este virus, será que es más listo que nosotros y habrá que darle la partida como si fuera una de ajedrez.
Ahora planificado.- Pensaba que esta cuarentena yo sería dueño de mi tiempo, en lugar de mi agenda electrónica. Y, en cambio, mi agenda pita a todas horas: convocatoria de aplausos, limpieza de manos cada 15 minutos, sacar al perro, hacer gimnasia, baila.
Hasta me he hecho un horario.