Palabras de inauguración en el II Congreso de Educación Emocional y Bienestar:
Bienvenidos a esta Casa del Magisterio o Facultad
de Educación. Formación inicial y formación permanente se dan la mano a través
de la organización de encuentros internacionales.
Una mesa un tanto incompleta porque falta la
visión de las mujeres más doctas que los hombres, hablo por mis habilidades, en
lo que se refiere a la inteligencia
emocional y como puede comprobarse en el trailer de la última película
de la PIXAR Inside Out (Del revés)
Resulta sorprendente que este congreso coincida
con la aprobación del curriculum para secundaria adaptado a la LOMCE en el que
lo disciplinar, en el que la enseñanza competitiva, el control de los
aprendizajes disciplinares predomina sobre la formación de ciudadanos
preparados para afrontar los retos de una sociedad compleja.
Palabras de José Emilio Palomero: (2005)
En efecto,
aunque la psicología y la pedagogía descubrieron hace mucho tiempo que los procesos educativos no deben pivotar
exclusivamente sobre los objetivos
disciplinares y académicos, todavía los currículum pretenden solucionar
los retos sociales con asignaturas.
“Y ello a
pesar de que los centros de enseñanza, los ministros contumaces, continúan
centrando su interés en la formación de
la cabeza, olvidando casi por completo educar los corazones, prestar atención al mundo
emocional, que tanto afecta a todos los
procesos y espacios educativos”
“A pesar
también de que la revolución emocional
es una vieja reivindicación pedagógica: ya decía Neill, padre de
Summerhill, que la escuela enseña a
pensar, pero no enseña a sentir, que necesitamos corazones, no
solo cabezas en la escuela; ya destacaba Rogers, padre de la psicología
humanista, que el aprendizaje que tiene lugar desde la nuca
hacia arriba y que no involucra
sentimiento o significación personal no tiene relevancia.”.
No nos cabe la menor duda de que el objetivo prioritario y
fundamental de la educación es
conseguir un desarrollo integral,
armónico y equilibrado de la
personalidad de niños, adolescentes y jóvenes. Lo vienen resaltando el psicoanálisis y la psicología humanista
desde hace mucho tiempo. Hoy lo avalan también
la psicología cognitiva y las neurociencias.
Sin lugar a dudas, las emociones
de los alumnos y de los profesores están presentes en el aula, de manera que las mutuas
interrelaciones emocionales pueden generar
crecimiento de ambas partes, o también desgaste y sufrimiento en alguna
de ellas, o en ambas.
Es necesario insistir en que el profesor no sólo tiene la obligación de
conocer las materias que explica y los correspondientes métodos de
enseñanza/ aprendizaje, sino que debe
ocuparse también de comprender a los estudiantes, de interesarse por su mundo de la vida, por
su espacio vital: es decir, por lo que
viven.
.Es necesario promover una formación
integral de los profesores, que
favorezca su crecimiento en habilidades de vida, en toma de conciencia, en nivel
de madurez, en equilibrio afectivo, en capacidad para discernir y para
tomar decisiones.
Porque vivimos inmersos en un mundo en crisis, terriblemente
desordenado y rabiosamente neoliberal,
rodeados de problemas vinculados de forma directa o indirecta con
nuestro cerebro emocional:
indisciplina,
conflictos,
sexismo, sida, embarazos no deseados,
burnout, estrés, depresión,
racismo, xenofobia,
intolerancia,
consumo de drogas,
ciberpatologías,
adicciones en general,
conductas de riesgo,
anorexia,
ansiedad...
La Facultad de Educación desde
este año se ocupa de ofrecer el Master de Educación Socioemocional, que dirige
la doctora Alejandra Cortés.
Me me
pareció interesante reflexionar sobre palabras que empezaran por las cinco
vocales y que estuvieran en la proximidad del campo semántico de lo Socioemocional,
A) Aprendizaje, Avanzar.
E)
Emocional, Educar
I) Innovación,
Investigación,
O)
Originalidad, Organización
U)
Universidad.
Pero también reflexione que en la balanza
INSTRUCCIÓN – EMOCIÓN
Instrucción en un plato y Emociones en el otro,
seguimos intentando encontrar el punto medio para un Aprendizaje Auténtico y Duradero.
Vicente Verdú:
Se creyó que era tan superficial como irrelevante pero justamente el
e-factor, el factor emocional, ha sido clave para inflamar la burbuja y para
prender fuego después a la totalidad del sistema.
"Ahora los arquitectos no construimos casas. Construimos la
atmósfera, la emoción. ...Parece una chorrada pero la gente necesita
emociones."
CUÑA DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y AMIGOS DE LA FACULTAD DE
EDUCACIÓN
Las obras, los objetos, los proyectos comparten ahora una misma orientación
fundamental: crear nuevas experiencias que lleguen al corazón. Contra las ya
inertes descalificaciones materialistas, nuestro siglo prolonga la tónica
romántica surgida, tras el hiperindividualismo, de finales del siglo XX.
¿Qué significa esto? Significa que las
mercancías, los servicios, las comunicación general entre oferta y demanda se
componen cada vez más por lo que los norteamericanos comenzaron a denominar el
e-factor, el factor emocional. Ya no basta con ofrecer un producto asociándolo a
tópicas promesas de felicidad, de seducción o de inyecciones de júbilo, desde
la arquitectura de las factorías a la de los establecimientos, desde el diseño
interior de la tienda hasta el tacto del objeto, las creaciones deben entregar
experiencias nuevas.
Punset:
" reivindicó un sistema educativo, que ofrezca un aprendizaje
social emocional, como forma de aprender a gestionar las propias emociones; a
trabajar en equipo, pero de forma cooperativa, o a focalizar la atención ante
tanto estímulo que impide la concentración en un pensamiento".