Todo empezó en otra celebración, el centenario del Colegio de la Purísima que atiende a niños sordos y que colabora con la Facultad de Educación en la formación de profesionales especialistas en Audición y Lenguaje. Allí coincidí con la consejera de Educación, María Victoria Broto, que mientras tomábamos una patata frita y un refresco, comentó: "A ver cuándo organizáis algo en la Facultad para homenajear a las maestras y así podré ir yo a esa facultad que como pertenecéis a Ciencia y Tecnología"
.
La consejera no le dio mucha importancia, pero yo me lo tomé en serio. Así cuando vi la exposición Pioneras en Educación, pensé que las verdaderas pioneras eran aquellas maestras que a principios del siglo XX se pusieron delante de varios centenares de niñas, permitiendo que sus madres pudieran ir a trabajar y ellas estuvieran "recogidas" y accediendo a una cultura, a una alfabetización que les era negada por su condición de mujer y de familia pobre.
En la conferencia final, de Consuelo Flecha, coincidí con mis compañeras: las profesoras Teresa Fernández y Salas Sánchez del S.I.E.M. a las que les comenté mi interés en organizar ese homenaje a las Maestras.
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Ellas empezaron a entusiasmarse con la idea, empezaron a trabajar denodadamente y empezamos a pensar actos: una exposición parecía lo más habitual. Para prepararla contábamos y hemos contado con nuestra jubilada y entusiasta: Dra. Dª. Rosa Dominguez que ha preparado textos y disertará la conferencia inicial.
En algún momento, Teresa o Salas dijeron que sería interesante tener la aportación de maestras de la época de la transición a la democracia. Y eso es lo que hemos organizado para hoy lunes, víspera del DÍA 8.
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