miércoles, 4 de diciembre de 2024

Mi reino no es de este mundo

 Los lunes tomo una pastilla para la osteoporosis que me afecta físicamente, me paso el día meando, y psíquicamente, me pone de "mala leche" y me deprimo; aun más cuando hay niebla o el cielo está cubierto.

Por eso y por otras circunstancias personales del mes pasado de noviembre, no tengo ganas de escribir ni de comunicar por este medio que es el blog y que mantengo desde 2007 con días mejores, días peores y días en que mis reflexiones siguen siendo válidas incluso premonitorias.

Pero analizaré los elementos que contribuyen a mi estado de ánimo:

- llega la navidad con "sabor a dulce y mapazán" y con el recuerdo de que el 5 de diciembre de 1984 falleció mi padre y mi madre cumplía años el día 4 de diciembre.

- el panorama mundial está lleno de "Fumanchús": Trump, Netanyahu, Milei, Putin, etc.

- de la "quinta columna" de Madrid no quiero hablar no sea que mi sentido común cometa alguna ilegalidad.

- los medios de información se han convertido en contribuyentes al caos, a la desinformación, a presentar una realidad interpretada con unas herramientas más poderosas que los sacerdotes y chamanes.

- sobre la sostenibilidad y el cambio climático la situación es paradigma de la contradicción de la humanidad (quizás es que hay dos humanidades: la de los poderosos y la del resto). Veamos:

    - Una conferencia sobre el cambio climático que se desarrolla en un país productor de petroleo.

    - Hemos tenido una DANA que deberemos pagar solidariamente entre todos, entre todos los pocos que pagamos JUSTAMENTE los impuestos (los hay que hacen ingeniería financiera o regularizan a posteriori su situación). Y los ayuntamientos siguen compitiendo a ver quién pone más luces de Navidad. Ya sé que son led pero consumen menos, pero consumen.

- Y no quiero aburriros más. Disfrutad pero no hagáis excesos. Todo se va a la mierda, pero al menos que nos pille con el cuerpo como los héroes que salen en las series televisivas.

lunes, 2 de diciembre de 2024

El barrio de Torrero

Me pilla perezoso para redactar, pero enumero algunas ideas que me vienen a la cabeza cuando paso por los barrios zaragozanos.

El barrio de Torrero es como un pueblo, gente en la calle que se saluda, gente, gente, vida.  La plaza, las parcelas (casas de una sola planta y única vivienda) cuidadas y habitadas.

Pienso en las casas altas del barrio de San José donde los vecinos del mismo patio casi no se conocen.

En lo que coinciden es el abandono de las políticas municipales de derecha. Por ejemplo, en la calle María Moliner (nuestra ilustre escritora del diccionario más usado que el de la RAE) crecen las hierbas junto a los coches aparcados, mientras el camión de limpieza pasa casi todos los días por la calle Zumalacarregui. Los ediles municipales atienden a los vecinos que les votan: La derecha atiende al Centro y desatiende a los Barrios.

Barrios en España pegados unos a otros, pegados la riqueza a la pobreza; mientras en otros países  por ejemplo Italia o Francia, los barrios están separados por una zona intermedia . Las "frazione" italiana que no son sino barrios periféricos de una metrópoli urbana.