sábado, 31 de agosto de 2024

Calzada del Gigante (4 over 60)

 Volvemos a Irlanda del Norte. Ayer fue el paisaje urbano, hoy nos vamos a la naturaleza. A la Calzada del Gigante, se puede acceder a través del centro de visitantes y pagar unas trece libras por persona o aparcar por diez libras en el parking del Causeway Hotel y te invitarán a un café en el hall del hotel.


Luego tendrás que hacer el recorrido en solitario pero las leyenda del Causeway Gigant las puedes encontrar en internet y te propongo que contemples el paisaje. Nosotros hemos tenido suerte y tenemos el sol esplendido que se nos negó en los Cliffs Moher


Hay muchos turistas, pero el espacio abierto es suficiente para todos aunque el descenso y ascenso por la escalera panorámica obliga al ceda el paso a los que suben. Recomendamos hacer el camino rojo iniciándolo por la parte de arriba para hacer la escalera en sentido descendente. La subida por el camino de vuelta es menos empinada. Si tienes problemas de movilidad, tendrás que pasar por el Centro de Visitantes que facilita un autobús hasta el lugar donde se encuentran las piedras exagonales.

Se nos va toda la mañana contemplando el paisaje y haciendo fotos: panorámicas, selfies, retratos, etc. 

De vuelta a casa, pasamos por la localidad de Bushmills, su destilería de whisky tiene el honor de haber sido la primera que obtuvo autorización real para la destilación. Sus calles, aunque debería decir su calle, está plagada de cartelones que señalan la relación con la localidad de muchos nombres famosos que nos hacen dudar. 


Igualmente, nos dirigimos al camino de las hayas negras, Dark Hedges, una carretera, hoy cerrada al tráfico de los no locales, flanqueada por hayas centenarias y que además de su belleza, se ha popularizado por ser uno de los escenarios de la serie "Juego de Tronos".

Volvemos a pasar por el difícil entramado de autopistas de los alrededores de Belfast pero es el camino más rápido y cómodo para regresar a Dundalk. A pesar de tener que estar atento a las señales, al tráfico y a las indicaciones del navegador; me da tiempo para ver un vestigio del conflicto norirlandés, las Land Rover, the Troubles , que están cruzadas en la salida de acceso al hospital de Belfast.



viernes, 30 de agosto de 2024

Belfast (4 over 60)

 Estar en un lugar en el que recientemente los seres humanos se pelearon por una idea, me lleva a pensar si el precio de una idea merece ser tan alto como para arriesgar la vida. 

Los irlandeses obtuvieron la independencia de la nobleza británica solo hace 102 años (1922). Gran Bretaña se quedó con  los condados del Norte, quizás los más ricos industrialmente. No hay que olvidar que el Titanic se construyó en los astilleros de Belfast.

De mi visita hace siete años recordaba sobre todo la diferencia entre el barrio católico y el barrio unionista; cómo para pasar de uno a otro lado había unas grandes puertas y unas vallas de más de diez metros. Todo eso sigue igual. Los taxistas hacen los free tour, pero los intrépidos over 60 nos lanzamos con la ayuda de Google a encontrar los murales que inundan sus calles. 

También visitamos el Memorial de los miembros del IRA que cayeron en la lucha. Situado en la Falls, Rd. recibe el nombre de Jardin del Recuerdo

Algunos de los murales son clásicos

En el centro de la ciudad, hay que visitar el Ayuntamiento con su explanada, la Opera y sus pubs clásicos del siglo XIX: The Crown Liquor Saloon  (1880) y Robinsons Bar (1895).

En los astilleros donde se construyó el Titanic han construido un museo para atracción de los turistas y un nuevo barrio muy distinto del Belfast que enfrentó a independentistas y unionistas.  

Para contrastar de tanto cemento y del color gris, nos dirigimos al St.Mary College que está junto al Jardín Botánico rodeado de un amplio espacio verde, necesario para relajar nuestra mente de tanta violencia que todavía parece presente en la zona alta de la ciudad.

Por cierto, entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte no hay fronteras a pesar del Brexit. Es imposible. La autopista A1 de Irlanda del Norte se convierte en la N1 de Irlanda solo en los carteles y en las señales que indican la velocidad en Millas o en Kilómetros hora. 

jueves, 29 de agosto de 2024

Del oeste al este (4 over 60)

Los días pasan rápido y ya tenemos que dirigirnos hacia nuestro último alojamiento. Hemos elegido la ciudad de Dundalk, que está a mitad de camino entre Belfast y Dublin. 


Hacemos la primera parada en la ciudad de Athlone que tiene un castillo, varias iglesias y está en la salida del lago Ree por lo que tiene un puerto con embarcaciones de recreo. Paseando notamos como Irlanda está en obras públicas, adecentando calles, peatonalizándolas, etc. Desconozco si son los fondos europeos o los ahorros del Covid-19 los que financian tantas obras en estos tiempos. 

Seguimos nuestro camino porque deseamos llegar a una hora razonable a nuestro destino, aunque en esta ocasión accedemos mediante una llave que se encuentra en un depósito que se abre con un código que la propietaria nos la ha enviado por whatapp.

Aquí, como en otras localidades irlandesas, reconocen la labor de los deportistas locales sean de la disciplina que sean.

Como el otro día, mi intuición me lleva a un indicador que dice Parque Lilliput Aventure, un campo de verano junto al Lago Lough Ennell, que nos permite hacer el pic nic sobre una mesa bajo un maravilloso y extraño sol en nuestros días. 

Otra vez el "cómo llegar" de Booking, me conduce a una rotonda. Pero la fortuna y nuestras habilidades consiguen llegar a un coqueto apartamento en una zona residencial nueva que está llena de niños.

Antes de cenar, (cenar en casa tiene la ventaja de que ajustamos el horario a nuestro interés) tenemos tiempo para visitar los alrededores: 

a) el Navy Bank Walk, un paseo junto al mar que, cuando lo visitamos, está de marea baja y permite que las aves busquen alimentación

b) Blackrock, un pequeño pueblo turístico que es un espacio de protección de la flora y fauna.        

                        


miércoles, 28 de agosto de 2024

Galway: cerveza, música y ostras (4 over 60)

 Después del atracón de kilómetros de ayer, hoy reducimos nuestro recorrido a la ciudad de Galway por la mañana y a los alrededores de Kicolgan por la tarde.

En Galway, aparcamos cómodamente en la Catedral que data del siglo XX pero tiene aspectos góticos. Lo que más me sorprende es que la pila de agua bendita tiene el aspecto que se ve en la fotografía. 


Por el barrio Latino, disfrutamos del bullicio, de las tiendas, de las calles peatonales pero todo resulta muy turístico, dispuesto para el consumo. Pero me gustan esas esculturas a pie de calle con las que nos podemos fotografiar y que están dedicadas a personas que han destacado en la cultura o en el deporte.

Con los hermanos Wilde Oscar y Willie

Pero la invasión de terrazas en la calle Quay donde se encuentran todos los publs, no me gusta, quizás porque emborrona mi recuerdo de una calle donde vi bailar el baile irlandés a unos jóvenes que pasaban la gorra al final.

Comemos en nuestro alojamiento que dispone de cocina y comedor. Después de una breve sobremesa nos acercamos a fotografíar el Castillo de Kilcogan, a 500 mts. de nuestra casa. Un poco más alla, a once kilómetros, en Kinvaraa tenemos otro castillo famoso en Irlanda, el de Dunguaire




Luego, para aperitivo antes de la cena, una docena de ostras con vino blanco en el  Paddy Burkes como final de este día.

martes, 27 de agosto de 2024

Ring Kerry (4 over 60)

 La incidencia del automovil de ayer nos obliga a tener que hacer más kilómetros para visitar el Anillo de Kerry. Estamos alojados en la proximidad de Galway.

Nuestra primera parada es Adere para desayunar y visitar sus jardines. Vamos a hacer el anillo en el sentido contrario a las agujas del reloj que es el contrario, valga la redundancia, que proponen las guías de turismo porque al circular por la izquierda, el mar queda al otro lado de la carretera. Por eso, si puedes, comienza por el lado sur de la península para que el sentido de la carretera por el que circulas esté junto al mar.

La primera parada en el anillo es Killorglin para tomar un lunch junto a un árbol centenario que fue plantado en 1922 en honor de un héroe local.

Paramos en algunos puntos panorámicos, en la localidad de Cahirciveen, luego en el puerto de Portmagee para tomar un café frente a Valentia Island. 

El tiempo pasa velozmente porque la contemplación siempre se prolonga. Quizás deberíamos haber planteado esta excursión con una parada en alguno de los numerosos B&B. 

La última parada va a ser Waterville donde hay una estatua de Charles Chaplin porque era un lugar preferido para pasar las vacaciones con su familia. La zona junto al mar ha sido muy beneficiada. En mi anterior visita, era un aparcamiento de autobuses, ahora es un espacio abierto y una estatua conmemorativa. Se ve más bonito, pero el anillo era más auténtico en mi primera visita.

La vuelta la hacemos por la mitad del anillo de Kerry, por el Ballaghisheen PassUna carretera estrecha pero que sirve para contemplar otro paisaje distinto. No hay civilización, solo naturaleza.

Cuando llegamos a la carretera nacional, nos encontramos con otra estampa olvidada: Un paso a nivel que experimentamos en primera linea:







Como en las películas, el día termina donde comenzó: Adere, para cenar en el pub Aunty Lena's, considerado el mejor del país en 2023. 





lunes, 26 de agosto de 2024

Lunes negro (4 over 60)

Nuestro viaje también tiene su lunes negro. Anoche se encendió una alerta en el cuadro de mandos del coche. Por eso, hemos enviado un mensaje al servicio técnico y nos dirigimos hacia una oficina de la casa de alquiler que se encuentra no muy lejos de nuestra ruta inicial. 
Nos encontramos un control de policía. Menos mal que son rápidos y amables. Nos ven cara de turistas y nos preguntan a dónde vamos y de dónde somos; nos desean buen viaje y nos aconsejan prudencia porque la carretera tiene muchas curvas.

El problema mecánico se soluciona buscando la gasolinera apropiada para echar adblue porque se trata de un coche diesel. 

Hemos perdido una mañana de nuestras vacaciones pero seguimos nuestra ruta hacia una de las “joyas” de la visita a Irlanda: El acantilado de Moher o Cliff Moher.  


Llueve a cántaros. El parking está lleno (es necesario aparcarlo en frente del centro de interpretación y pagar allí). Los senior tenemos precio rebajado.  Llueve, llueve y llueve. La neblina impide ver el horizonte. Todos los visitantes tratan de refugiarse en el centro de interpretación. Está muy masificado porque las personas a causa de la lluvia y el viento no se dispersan por el amplio espacio de los acantilados.

Así, que después de secarnos porque nos hemos atrevido a caminar bajo la intensa lluvia por uno de los espacios asfaltados, decidimos irnos a comer. Se ha hecho tarde y no sabemos si encontraremos un lugar donde hacerlo. El picnic está descartado porque… llueve y llueve. 

Mi intuición o mi estómago me dice que por ese desvío que pone Doolin y baja hacia el océano quizás encontremos algo. A los pocos kilómetros, un letrero de B&B además de restaurante me da buenas sensaciones, tiene aparcamiento propio. Una acertada decisión porque en el menú hay una sopa de día que nos reconforta después de la ducha fría en los cliffs de Moher.

Desde Doolin salen los ferry hacia las islas Aran, las de los jerséis de lana o jersey del pescador, pero no está el día para los aprendices de marineros.

Desde allí nos dirigimos hacia nuestro nuevo alojamiento a veinte minutos de Galway, así se llama nuestro alojamiento. Las carreteras son laboriosas para conducir pero muy agradables para contemplar territorios salvajes donde todavía no ha llegado la urbanización. 



Las indicaciones para llegar al destino que aparecen en Booking no son del todo correctas pero gracias, como siempre, a la amabilidad de los irlandeses encontramos a alguien que nos indica el camino correcto. Menos mal que hemos llegado de día porque estamos en medio del campo sin contaminación lumínica alguna. Y rodeado de dos hoteles de muchas estrellas: El Weir Haven Country House y el. Kilcolgan Castle.

Dejamos nuestras maletas y nos dirigimos a Galway a conocer el arco de España y a tomar una cerveza en el pub Tigh Neachtain.   Descartamos cualquier intento de pasear porque sigue …. (No es difícil averiguar el gerundio).  

Después de la cerveza, a casita para cenar y descansar

domingo, 25 de agosto de 2024

Condado de Cork (4 over 60)

 Hoy es domingo y vamos a visitar el condado de Cork, uno de los lugares turísticos del sur de Irlanda. Las carreteras han cambiado desde nuestra anterior visita a esta zona: autopistas, carreteras anchas o al menos que caben dos vehículos sin arriesgar a irse a la cuneta.

En primer lugar, nos dirigimos a Cobh, puerto desde donde embarcaron en el Titanic un centenar de viajeros de tercera clase.  Hay un museo que narra la experiencia de las personas, mientras que el museo de Belfast se dedica a la construcción del banco.

También Cobh, Queenstown en su denominación de aquel tiempo, estuvo relacionada con otros hechos históricos: el rescate de los náufragos del Lusitania, un crucero que había sido bombardeado por un submarino alemán en 1915. Pero también fue el puerto desde donde zarpó el barco de vapor que hizo la primera travesía del Atlántico.

Llegar hasta Cohn se realiza pasando por diferentes islas. Vemos muchos policías en los cruces y rotondas, lo que nos hace sospechar que debe haber algún acontecimiento. ¡Bingo! Se está celebrando una carrera de triatlón que incluye natación, ciclismo y carrera a pie. Cuando llegamos nos informan que “ya están todos en casa” porque todos los nadadores ya han llegado a puerto desde la isla situada frente al puerto. Y el mar, a pesar de ser una zona protegida, está con unas olas importantes. Varios barcos y kajaks han velado por la seguridad de los atletas. En cualquier caso, la ciudad está con aire festivo, los niños se divierten en el parque y los mayores charlan y beben. El tiempo está fresco pero las nubes respetan la fiesta. Salimos cómo podemos porque nadie ha advertido a Google de las calles cortadas por motivo de la carrera, para dirigirnos hacia Cork.

 En el domingo por la mañana, la capital del condado está un poco sosa. La calle St. Patrick tiene la mayor parte de sus comercios cerrados por lo que nos dirigimos hacia el University College Cork  que cuenta con un maravilloso jardín y bosque donde disfrutar de calma y poder hacer un lunch en plena naturaleza. Las nubes han decidido cobrar protagonismo y descargan de vez en cuando un poco de lluvia.

Lluvia, domingo, gran ciudad invitan a buscar nuevos horizontes. El pueblo turístico-pesquero de Kinsale  se encuentra a media hora que recorremos con lluvia. Nuestra fortuna se alía para que la localidad nos reciba con sol. Paseamos por sus calles, vemos sus iglesias y terminamos en el pub Kitty. Creo que fue aquí cuando hace siete años cené solitariamente. Ahora, lo he elegido para cenar con mis compañeras de viaje. Tiene música en vivo por lo que alargamos nuestra presencia saboreando unas pintas de cerveza y charrando con los parroquianos. La conversación siempre comienza con el “Where are you from?” Y continua con cualquier otro tema.

Cuando oscurece, volvemos a nuestro B&B que se encuentra a una hora de distancia y hay que circular por carreteras estrechas y poco iluminadas. Un poco de orientación y algún despiste de google nos conducen a nuestro descanso.