Nuestra última etapa de este breve Tour 2021 es la etapa reina. Para dormir la noche anterior elegimos la emblemática localidad de Campan donde nos reciben sus Mounaques.
Nos levantamos pronto, desayunamos y rápidamente Ales se dirige a la ascensión al Tourmalet para llegar lo más alto posible. No por falta de fuerza, sino porque la abundancia de aficionados hace que la Gendarmería cierre el acceso cuando ya no cabe mas gente. Parece imposible pero el campo, la montaña tiene límites de capacidad. Los agricultores han vallado sus propiedades para impedir que algún desalmado estropee sus cosechas de forraje.
Por mi parte, lo tomo con más calma y pretendo llegar hasta donde mis fuerzas lo permitan, haciendo cuantas paradas sean necesarias. Campan está a 640 metros de altitud sobre el nivel del mar.Una vez preparado, comienzo la ascensión que se hace dura por mi edad, condición física y el tipo de bicicleta que llevo. A favor, que la carretera está cerrada para el público aunque circulan los vehículos autorizados que son muchos aunque sólo circulan en un sentido.
Dicha ascensión la recordaré por varios motivos:
- Mi bicicleta tenía un pequeño balanceo del manillar que no conseguía apretar y ajustar. Me encuentro un puesto comercial del grupo ciclista INEOS. Por lo que decidí pedir un consejo. Resultado: pusieron mi bicicleta en manos de un mecánico que arreglo el balanceo en un periquete y el único precio que pague fue dar mi correo electrónico al que me mandan publicidad del vehículo Granadier.
- Pasito a pasito, con muchas paradas alcancé el kilómetro 12 a la cima del Tourmalet, situado a 1060 metros de altitud. Un desnivel de 420 metros que para mi "circunstancia" consideré un éxito para poder alardear ante las amistades.
Luego, lo habitual: caravana publicitaria con recogida de gadgets, los primeros ciclistas escapados, el pelotón de los buenos, el pelotón de los intermedios y el pelotón de los últimos; coches, motos, policías, auxiliares de equipo, etc. etc.
La bajada desde 1060 a 640 metros es una gozada, casi no hay que pedalear, la velocidad es alta y adelantas a los vehículos que permanecen parados por la Gendarmería para facilitar la evacuación de los vehículos de emergencia, asistencia, oficiales puedan circular por el carril izquierdo (no se permite el acceso en el sentido de subida) .
Llego al campamento base y Alessandro todavía no ha llegado. Pienso que ha podido pasarme sin verme en el descenso. El tiempo pasa y no llega ningún mensaje. NO es extraño porque hay mucha gente, la red no funciona muy ágil y además Ales tenía poca batería. Finalmente un mensaje aunque no muy positivo: se le ha roto un radio de la bicicleta y debe bajar caminando con ella.
Me acerco a esperarle hasta una boulangerie en medio de una pradera, las gallinas que proporcionan los huevos están en uno de los espacios paseándose en libertad.
Nos queda un largo camino porque al día siguiente Ales tiene que coger un avión en Barcelona. Me quedan cinco horas de conducción hasta Zaragoza pasando por Lourdes y el Portalet. El próximo año Ales ya podrá conducir. Hemos decidido que nuestra cita con el Tour, se repetirá mientras yo pueda.