"la mayoría de las generaciones recorren un sendero que ni hacen ni descubren, sino que aceptan, lo importante es caminar"(p.7)
Los ingleses se caracterizan por hacer una actividad práctica continuada pero no suelen evaluar esa actividad en referencia a unos principios. Es decir, prefieren hacer (cómo) sin plantearse el fin (para qué).
Para Tawney, las cuestiones económico-sociales parten de la relación entre derechos y funciones.
"Una función puede definirse como una actividad que encarna y expresa la idea de objetivo social." (p.14) La industria tiene como propósito el ofrecer cosas necesarias, útiles o hermosas para dar vida al cuerpo o al espíritu.
Hasta el siglo XVIII, Iglesia y Monarquía aunque imperfectamente constituían ese objetivo social; que desaparece con la industrialización, sustituyendo la idea de objetivo por la de mecanismo. Lo que quedo fueron los derechos privados y los intereses privados, los materiales de una sociedad más que la sociedad misma.
Esta glorificación de los derechos, sin el contrapeso del objetivo social, fue determinante para la relación de clases:
"El Estado no podía usurpar estos derechos, pues el Estado existía para su mantenimiento. Estos derechos determinaban la relación de clases, puesto que el derecho más evidente y fundamental de todos era la propiedad - la propiedad absoluta e incondicional - y quienes la poseían eran considerados los gobernadores naturales de los que nada poseían". (p.18)
"El resultado de tales ideas en el mundo de los hechos fue una sociedad regida por el derecho, y no por el capricho de los gobiernos, pero que no admitía limitación moral alguna a la búsqueda por parte del individuo de su interés económico personal" (p.19)