viernes, 11 de enero de 2013

Educación e ideología

¿Cree que se está politizando la educación?
La Educación siempre ha sido Política. Pero mientras que unos dan oportunidad al debate, al disenso y finalmente encuentran el consenso, es decir, el punto que no convence a ninguna de las partes.

Me gusto este texto que encontré en un artículista y aquí lo traigo para leerlo varias veces:

"En el caso de la educación, el sesgo ideológico se manifiesta no solo en la promoción de la privada y la concertada, a pesar de que su calidad educativa sea menor que la de la pública, mal que les pese a los amantes de los productos caros envueltos en vistoso celofán, sino de los contenidos que se proponen. El ministro Wert se ha quitado definitivamente la máscara y, tras pactar con la Conferencia Episcopal, ha dado gusto a los sectores cristianos integristas de su partido. De esta manera, la Religión se convierte en una asignatura más del currículo, en condiciones de igualdad con el resto de asignaturas. Al mismo tiempo, todas las asignaturas relacionadas con el ámbito de la Filosofía, reducen su presencia. Ambas cuestiones, la potente presencia de la Religión (o de las religiones, que lo mismoda) y el debilitamiento de la Filosofía, deben ser vistas en paralelo. Si la religión, tal como la entiende el poder, es decir, el Gobierno y la Conferencia Episcopal, es promocionada es porque es útil en la medida en que se convierte en un instrumento para la producción de ciudadanos sumisos, atentos a aceptar lo que se establece desde jerarquías que determinan lo que es verdadero, lo que es bueno, lo que es correcto. Como bien analizara Kant, hombre, por otro lado, de profundas convicciones religiosas, la religión es un "opiáceo de la conciencia", una adormidera que impide al sujeto la reflexión y la autonomía. Precisamente, lo que diferencia a Europa de otras culturas, como la islámica o la norteamericana, es que nuestras raíces se hunden en la Ilustración del siglo XVIII, donde se pretende relegar la religión al espacio de lo privado".

jueves, 10 de enero de 2013

El sentido crítico y ético de la profesión docente

De acuerdo con Cortina (2005), el sentido ético de la profesión docente puede entenderse en dos sentidos complementarios:

a)      como capacidad efectiva de justificación ética de lo que hace, y

b)      como rendición de cuentas públicas de cómo y por qué se obtienen determinados resultados.



“Cinco facetas en concreto integran la perspectiva ética en cuestión: una ética de la justicia social, una ética de la crítica, una ética de la profesionalidad, una ética del cuidado y una ética comunitaria democrática.”.
(Escudero, 2009:93)

 1) La ética de la justicia social como el derecho de todas las personas a recibir una educación, una formación que le permita desarrollarse como persona en el contexto actual. En estos momentos de tendencia a la privatización de la educación, de considerar a la educación como un servicio y no como un derecho, de considerar al individuo como un cliente y no como un ciudadano o como una persona, este sentido ético que la Administración intenta que no sea atendido, el profesional docente se debe comportar como el juramento hipocrático de los médicos: atendiendo a toda persona que lo necesita y sobre todo los màs débiles.

 El bajo rendimiento, el fracaso escolar debe ser tratado buscando sus causas y atacando sus orígenes.

 “Será bueno no ocultar realidades de fracaso bajo términos eufemísticos (dificultades en el, aprendizaje, características personales, etc.). El riesgo de exclusión educativa, cómo y por qué se produce, qué se puede y ha de hacer para remediarlo tiene que tener mayor presencia en los contenidos de la formación; ningún docente, a llegar a la profesión, debiera poder decir que de eso nadie le habló en el período de su formación previa”. (Escudero, 2009:94)

 2) La ética de la crítica social y educativa.-

NO es posible eludir o tratar de soslayo contenidos políticos e ideológicos relacionados con la educación, la escuela o la profesión docente.

 3) La ética del cuidado y de la responsabilidad con todos y cada uno de los estudiantes.-

El enunciado es suficiente. La ética tiene que ver con la responsabilidad que tenemos hacia cada uno de nuestros alumnos y de que logre sus objetivos de aprendizaje.

Dos cuestiones se asociación a esta ética: la atención a la diversidad y las relaciones humanas y respetuosas entre los intervinientes del proceso educativo que va más allá de las aulas.

“Humanizarlas, plantearlas sobre un respeto mutuo, cultivar la confianza, mostrar de modo fehaciente el interés por el bienestar de los estudiantes sin merma de la exigencia de esfuerzo y responsabilidad necesaria, apoyar y buscar complicidades, resistir la tentación de tirar más balones fuera que los razonables, servir como un modelo personal y social de educación y civismo, sentirse responsable de que todos y cada uno puedan dar de sí lo máximo posible –por cerrar aquí la lista– son facetas personales, emocionales y sociales del profesorado que requieren una atención expresa”. (Escudero,2009:96)

 4) La ética del aprendizaje y el desarrollo de la profesión:

Se refiere a la necesidad de asumir los valores de la necesidad del aprendizaje permanente o aprendizaje a lo largo de toda la vida profesional, así como la necesidad de aprender a trabajar en grupo. Por tanto, es necesario que la formación inicial y permanente contemple el trabajo en grupo no como un capricho o una cuestión de repartir el esfuerzo, sino como una necesidad de una profesión en la que se precisa el trabajo coordinado de todos los que intervienen en ella.

 5) La ética comunitaria y democrática.-

miércoles, 9 de enero de 2013

El papel del docente y del equipo docente en los procesos de innovación.

El docente y los equipos docentes son los protagonistas de la innovación.
La innovación suele nacer a pequeña escala aunque tiene expectativas de universalización, de que pueda extenderse. Es cierto, que solemos conocer las innovaciones cuando la Administración las  adopta y las difunde. Y esta asunción por parte de la Administración, la institucionalización suele ser un peligro para la propia innovación. Ya que en ese momento la innovación se percibe como una imposición.

Pero sin el docente, la innovación es imposible que se desarrolle porque las verdaderas innovaciones exigen un cambio de comportamiento del profesorado, incluso un cambio en su modo de pensar, de entender el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Por otra parte, los procesos de innovación exigen siempre el trabajo en grupo. La innovación en solitario está abocada al fracaso. La innovación precisa del apoyo de los superiores (director, equipos directivos) , de los iguales (colegas, Departamentos) y de los otros (padres, personal no docente y también de los propios estudiantes).

martes, 8 de enero de 2013

El sentido de la innovación y la investigación en la profesión docente.

¿Qué significa innovar?

Innovar significa introducir algo nuevo, pero no todo lo nuevo es innovador. A veces cambiamos para que todo siga igual.

Ponerle unos faros cuadrados en lugar de redondos a un coche no es innovador, es un simple cambio.

Pero si le pongo unos faros que se mueven según la dirección del coche a fin de tener una mejor visibilidad de una carretera curvosa, entonces si que es innovador.

Innovar en el proceso de enseñanza, NO significa cambiar un libro de texto por unas direcciones de Internet. Innovar en el currículo significa cambiar alguna de las relaciones entre los principales elementos, entre los protagonistas, del proceso de enseñanza – aprendizaje: PROFESOR (o como le queramos llamar) – CONTENIDO  - ALUMNO.

Así encontraremos innovación en los siguientes aspectos, al menos:
 
Así encontraremos innovación en los siguientes aspectos, al menos:
        a) Los contenidos: las propuestas de globalización, interdisciplinares, el trabajo por proyectos
        b) Los recursos: utilización de las nuevas tecnologías, el trabajo sin libros de texto, los proyectos que tienen a su entorno los mass-media
        c) Los principios metodológicos: trabajo en grupo, el aprendizaje colaborativo,
        d) La organización: la integración de personas con necesidades educativas especiales, la incorporación de personas de otras culturas a la escuela, la participación de toda la comunidad educativa (alumnos, padres y profesores).

        e) La evaluación: cualquier propuesta de autoevaluación es innovadora.
Innovar significa dar respuesta a una necesidad, ya sea una necesidad nueva o bien sea una nueva respuesta más eficaz o eficiente a una necesidad ya existente.
Y es aquí, en la respuesta a las necesidades donde investigación e innovación se dan la mano.

        Como señala Escudero (2009:99), la innovación tiene que ver con el análisis de las buenas prácticas, así como con la evaluación crítica de los procesos que se están llevando a cabo. Para tal proceso de reflexión es necesario que se realice internamente (desde los propios institutos) pero con la participación de agentes externos como pueden ser el profesorado universitario del Máster de Profesorado.

lunes, 7 de enero de 2013

El comportamiento docente y orientador.

 
Ser docente en el siglo XXI precisa de nuevas competencias. No basta con saber la asignatura sino que el cambio constante, acelerado y tecnológico exige un docente que no es sólo mero trasmisor de un saber o un saber hacer, sino también es un investigador de su disciplina, comprende el entorno en el que se encuentra la misma y es capaz de comunicarla exitosamente.

El docente debe ser reflexivo de su propia práctica, enjuiciarla y modificarla para adaptarse a las circunstancias.

 El docente deja de ser un instructor, un enseñante, para convertirse en un facilitador, un catalizador de aprendizajes. Las fuentes de información son muy diversas y variadas, algunas más queridas y apreciadas por los alumnos, cuyo maestro debe de volver a ser lo que siempre fueron los maestros: guías y orientadores de los aprendizajes, de las inquietudes y de las expectativas de los estudiantes.

 Por otra parte, el mejor profesor de enología  no es el productor que elabora el mejor vino, sino que el mejor profesor es aquel que es capaz de infundir en sus alumnos el deseo de saber y que los pone en el camino de superar al propio profesor.

Un profesor de formación profesional es un profesor de “saberes cómo” por lo que debe ser sistemático y ordenado en explicar el procedimiento, pero debe tener la flexibilidad que permita el desarrollo innovador de sus estudiantes.

No es tarea fácil, ya que es como las bridas de una carreta, necesitan moverse acompasada y equilibradamente de forma adecuada para llevar la dirección elegida.