lunes, 7 de enero de 2013

El comportamiento docente y orientador.

 
Ser docente en el siglo XXI precisa de nuevas competencias. No basta con saber la asignatura sino que el cambio constante, acelerado y tecnológico exige un docente que no es sólo mero trasmisor de un saber o un saber hacer, sino también es un investigador de su disciplina, comprende el entorno en el que se encuentra la misma y es capaz de comunicarla exitosamente.

El docente debe ser reflexivo de su propia práctica, enjuiciarla y modificarla para adaptarse a las circunstancias.

 El docente deja de ser un instructor, un enseñante, para convertirse en un facilitador, un catalizador de aprendizajes. Las fuentes de información son muy diversas y variadas, algunas más queridas y apreciadas por los alumnos, cuyo maestro debe de volver a ser lo que siempre fueron los maestros: guías y orientadores de los aprendizajes, de las inquietudes y de las expectativas de los estudiantes.

 Por otra parte, el mejor profesor de enología  no es el productor que elabora el mejor vino, sino que el mejor profesor es aquel que es capaz de infundir en sus alumnos el deseo de saber y que los pone en el camino de superar al propio profesor.

Un profesor de formación profesional es un profesor de “saberes cómo” por lo que debe ser sistemático y ordenado en explicar el procedimiento, pero debe tener la flexibilidad que permita el desarrollo innovador de sus estudiantes.

No es tarea fácil, ya que es como las bridas de una carreta, necesitan moverse acompasada y equilibradamente de forma adecuada para llevar la dirección elegida.

1 comentario:

Natalia A.V. dijo...

El tema de las competencias del profesional docente está en continuo auge hoy en día.
Está claro que un docente del siglo XXI tiene que saber lo que transmite, formarse en nuevos temas y estar siempre actualizado, pero lo que nunca va a cambiar es que la buena enseñanza es la que despierta en el alumno el interés por saber, tal y como dice anteriormente Enrique. Esa es la auténtica enseñanza y, para nada, es algo fácil de lograr.
Estoy de acuerdo con la opinión del autor sobre este tema, hay que orientar en el proceso de aprendizaje y despertar inquietudes, pero estas cualidades no las tienen todos los docentes hoy en día, por desgracia.