Ser docente en el siglo XXI
precisa de nuevas competencias. No basta con saber la asignatura sino que el
cambio constante, acelerado y tecnológico exige un docente que no es sólo mero
trasmisor de un saber o un saber hacer, sino también es un investigador de su
disciplina, comprende el entorno en el que se encuentra la misma y es capaz de
comunicarla exitosamente.
El docente debe ser reflexivo
de su propia práctica, enjuiciarla y modificarla para adaptarse a las
circunstancias.
Un profesor de formación
profesional es un profesor de “saberes cómo” por lo que debe ser sistemático y
ordenado en explicar el procedimiento, pero debe tener la flexibilidad que
permita el desarrollo innovador de sus estudiantes.
No es tarea fácil, ya que es como las
bridas de una carreta, necesitan moverse acompasada y equilibradamente de forma
adecuada para llevar la dirección elegida.
1 comentario:
El tema de las competencias del profesional docente está en continuo auge hoy en día.
Está claro que un docente del siglo XXI tiene que saber lo que transmite, formarse en nuevos temas y estar siempre actualizado, pero lo que nunca va a cambiar es que la buena enseñanza es la que despierta en el alumno el interés por saber, tal y como dice anteriormente Enrique. Esa es la auténtica enseñanza y, para nada, es algo fácil de lograr.
Estoy de acuerdo con la opinión del autor sobre este tema, hay que orientar en el proceso de aprendizaje y despertar inquietudes, pero estas cualidades no las tienen todos los docentes hoy en día, por desgracia.
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