La situación del educador social no es envidiable. Su papel no está claramente definido. El origen de la indefinición se podría situar en la titulación, en la precariedad laboral, en la administración cicatera, en la política privatizadora, en la parcelación o “atrincheramiento”·del ámbito de actuación o en el conjunto de todos estos actores y sus intereses. En tal situación la cuestión del intrusismo y el voluntariado sirven como “chivo expiatorio” de algunos males.
Su rol es multifuncional y debe estar capacitado para aburridas acciones gestoras pero también dispuesto para desarrollar un trabajo crítico a la vez que creativo.
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