lunes, 27 de octubre de 2014

El hoy y el porqué de la formación en educación mediática.


 Mesa redonda: Competencias digitales, educación mediática y brecha digital
Ponentes: Roberto Aparici. Brecha digital y educomunicación
                 Enrique García: El hoy y el porqué de la formación en educación mediática.
                 Rubén Ramos: Competencias digitales, periodismo y nuevos modelos de comunicación.
                 Manuel Fandos: Convergencia mediática y educación: frenos y retos.
                 Modera: José Antonio Gabelas Barroso
Si me lo permite el moderador, antes de intentar dar respuesta a la pregunta que aparece en el programa, haré un poco de historia para así poder justificar mis afirmaciones.
La pregunta. ¿Qué hace un chico como tú en un sitio como éste?
Long, long time ago, estudie con el profesor R.Diéguez, que en 1977 publicó el libro titulado “las funciones de la imagen en la enseñanza”, previamente nos lo había explicado con gran entusiasmo en clase.
Y nos dejó muy clara la reducción teleológica del acto comunicativo para convertirse en acto educativo y la reducción tecnológica para finalmente encontrarnos ante el acto didáctico o proceso de enseñanza – aprendizaje le llamarían más tarde al proceso de interacción entre profesor y alumnos que se produce en las aulas. Donde uno y otros se convierten en emisores y receptores en un proceso interactivo, para superar la concepción bancaria que señalaba Paulo Freire.

Hoy la formación en educación mediática sigue siendo una asignatura pendiente.
Los currícula los mencionan pero no tienen el suficiente seguimiento en una escuela excesivamente anclada en el pasado de libros de texto impresos, d
e clases avión low cost, frontales, de utilización mecánica de los medios.
Es verdad que hay loables experiencias pero que son fruto del entusiasmo innovador de unos pocos y que no poseen la suficiente continuidad.
La educación mediática en los curricula de la LOMCE. (...) parece reducida a la importancia de la búsqueda de la información y poco más de una visión “crítica” de los mensajes publicitarios referidos a la cuestión de genéro o de la educación vial.
La competencia digital, que podía estar la más próxima, aparece en la asignatura de Lengua Castellana y en la de Valores Sociales y Cívicos .señala que:
Lengua castellana: Contribución a las competencias básicas  Competencia digital 
 El área contribuye a la competencia digital proporcionando conocimientos y destrezas para la   búsqueda, selección y tratamiento de la información y comunicación, en especial para la comprensión de  dicha información, su estructura, su organización textual y, para su utilización en la producción oral y escrita.   El currículo incluye el uso de soportes electrónicos en la composición de textos, lo que significa algo   más que un cambio de soporte, ya que afecta a las operaciones mismas que intervienen en el proceso de   escritura (planificación, ejecución del texto, revisión...) y que constituyen uno de los contenidos básicos de   esta área, cuestión que incide directamente en la adquisición y mejora de la competencia digital. Pero,   además, los nuevos medios de comunicación digitales que surgen continuamente implican un uso social y   colaborativo de la escritura que permite concebir el aprendizaje de la lengua en el marco de un verdadero   intercambio comunicativo. 
Valores sociales y cívicos:
Competencia digital
Esta competencia entraña el uso seguro y crítico de las Tecnologías de la Sociedad de la Información (TSI) para el trabajo, el ocio y la comunicación. El área contribuye a desarrollar la capacidad necesaria para utilizar la información digital de manera crítica y sistemática, evaluando su importancia y diferenciando entre información real y virtual.
Así mismo, contribuye al análisis de los medios de comunicación digital encontrando beneficios y carencias, responsabilizándose de lo que se puede compartir como beneficio común y conociendo la ética dentro de la identidad digital.
Formación del profesorado
Lo que puedo afirmar con rotundidad es que nosotros no lo tratamos suficientemente. Una asignatura denominada “La educación en la sociedad del conocimiento” agota sus seis créditos en una mínima alfabetización de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación. El 2,5% de la titulación.
“La enseñanza en la sociedad de la información y la comunicación” es una asignatura del “Grado de Maestro en Educación Primaria” orientada a mejorar las competencias didáctico-tecnológicas de los futuros maestros, de forma que puedan aplicarlas durante su actividad docente en las escuelas, cada vez más equipadas tecnológicamente. La sociedad de la información en la que nos encontramos exige un conocimiento de las TIC elevado, tanto personal como profesional, so riesgo de quedar desactualizado. En la asignatura se avanza en la historia de las tecnologías hasta llegar al contexto actual, en el que se han generalizado un conjunto de tareas y comportamientos, personales o sociales, cuyo vehículo de trasmisión son las TIC. Para el desarrollo profesional se expone en la asignatura un abanico de posibilidades didácticas y de integración en el currículo con apoyo tecnológico (dispositivos, software, técnicas…), así como las teorías, actitudes y valores para desarrollar su utilización convenientemente. Los contenidos teóricos favorecen la discusión de distintos conceptos y aspectos relacionados con las TIC, mientras que los contenidos prácticos, utilizando ordenadores, contribuyen a alcanzar un mayor dominio técnico.
La mayor parte de los temas tratados se abordan desde la perspectiva global y regional-local, e incluyen aspectos operativos, semióticos, sociales, éticos y cívicos.
¿Por qué necesidad de la formación en educación mediática?
Dificultades: concretaría en 2:
·       El gap de la competencia entre formadores y aprendices
Todavía el profesorado teme a los medios porque su novedad, su utilización comercial, llega antes a los jóvenes que al profesorado. El gap existente entre formadores (profesorado) y personas en formación (jóvenes, adolescentes, infantes) de la competencia de uso de la tecnología es muy profundo.(brecha digital) pero el uso de la tecnología no sólo implica habilidad tecnológica sino también utilización ética del mismo.
·       Sobreinformación
Aguaded[i] afirma que: Infinitas aplicaciones saturan el día a día. Todo ello está dando lugar a que recibamos mucho y procesemos poco; se está produciendo el “síndrome de cansancio de la información” o “sobrecarga comunicativa”.
Podríamos decir que: Mucha información y poca reflexión, no se da el paso de la información al conocimiento.
Razones.
Pero basten los antecedentes de Joan Ferre, con sus análisis de los discursos informativos, entretenimiento y publicitario en los años 90
Su publicación[ii] de 2013, referida a las relaciones entre neurociencia y educación mediática aportan las siguientes conclusiones:
-        1.- Estamos haciendo atención a los avances tecnológicos y no a los de la neurociencia y a la psicología del aprendizaje
“Si el objetivo de la EM es la optimización de las relaciones entre las pantallas y las personas que interaccionan con ellas, no es adecuado que las modificaciones incorporadas durante las últimas décadas provengan solo de las transformaciones producidas en las pantallas, y no de los cambios en el conocimiento de los procesos mentales de las personas. Los cambios neurológicos son tanto o más importantes que los tecnológicos”.
-        2.- Si sólo atendemos a lo racional, los jóvenes ni los adultos llegan a comprender los mecanismos mentales por los que se sienten atraídos por las Pantallas” ni a explicar sus emociones.
Existe una tendencia a quejarse de la supuestamente desmesurada fascinación que sienten los jóvenes por las pantallas y de la aparentemente excesiva influencia que éstas ejercen sobre ellos y, en contrapartida, del desinterés que muestran por el aprendizaje. No advierten que, marginando de sus planteamientos docentes las emociones como objeto de estudio, impiden que los jóvenes puedan comprender los mecanismos mentales que se activan en las experiencias de interacción con las pantallas, y que, marginando en su praxis docente las emociones como recurso movilizador, contribuyen a reforzar la impotencia de la razón.
Los ciudadanos, en el mejor de los casos, son capaces de procesar informaciones explícitas, pero inca­paces de comprender cómo socializan las emociones o cómo se transmiten ideas y valores a través de los relatos.
Los profesionales de la EM, al centrar su atención en la razón y en la conciencia, preparan a los ciudadanos y ciudadanas para oponer contraargumentos a unos mensajes que en ningún momento recurren a argumentos.
-        3.- La capacidad de crítica necesita también de la autocrítica
Si hoy disponemos de investigaciones que demuestran la vulnerabilidad del receptor y la fragilidad del sentido crítico, habría que incorporar la capacidad de autocrítica entre los componentes de la EM. No se puede hablar de competencia mediática sin la capacidad de poner en entredicho las propias convicciones, sin lucidez para enfrentarse a las propias limitaciones y contradicciones. La persona que interacciona con pantallas para informarse, formarse o entretenerse debe saber utilizarlas también como espejo, como oportunidad para comprenderse a uno mismo en su complejidad y en sus contradicciones.

-        4.- Educación del consumidor.
Para justificar la necesidad de esa formación en un mundo donde la abundancia de información y de fuentes más potentes que el profesorado, exige que se pueda abordar de forma crítica la información y los medios porque el medio es el mensaje (Mcluhan)
-        5.- Bipolaridad de los emisores y receptores
Igualmente, todos nos convertimos en informadores: las redes sociales o cualquier profesional debe informar a destinatarios diversos. Los arquitectos, los ingenieros no sólo basta con que expliquen a los del “oficio” en una jerga de sobreentendidos sino que es necesario hacer “pedagogía” (como dicen los políticos que no conocen ni el significado de tal concepto) para explicar nuestros proyectos y realizaciones a un variado grupo de destinatarios.
En resumen, Necesitamos una educación mediática que incluya la alfabetización tecnológica junto a la alfabetización crítica:
  • Diferenciar información relevante de la que no lo es
  • Conocer herramientas básicas de búsquedas.
  • Saber aprovechar las posibilidades comunicativas de las redes telemáticas.
  • Integrar de forma ética nuestra participación ciudadana en la nueva realidad que incluye a lo virtual.
O como dirían los de Mamamedia: Las 3 X eXplorar, eXpresar, eXchange.




[i]
[ii] Ferrés Prats, J.; Masanet Jordá, M. J. y Marta Lazo, C. (2013) Neurociencia y educación mediática: carencias en el caso español. Historia y Comunicación Social. Vol. 18. Nº Especial Diciembre. Págs. 129-144.

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