En Zaragoza, tenemos un Cercanías desaprovechado y que suele viajar en solitario porque a nadie se le ha ocurrido poner Autobuses lanzadera entre las zonas pobladas y las estaciones de ferrocarril. O quizás es que las concesiones de líneas de autobús funcionan como funcionaban las de los Estancos de Tabaco.
Hacia Huesca, tenemos una línea de alta velocidad desaprovechada porque hay que llenar unos autobuses que luchan contra la sostenibilidad del planeta.
Hacia Teruel: Las reivindicaciones han sido contra la metrópoli zaragozana cuando el enemigo estaba un poco más al Este en el Corredor Mediterráneo.
La unión hace la fuerza. Estas disfunciones se hacen más patentes cuando sales fuera de España y ves la integración de los medios de transporte, incluso aunque pertenezcan a compañías distintas por los procesos de privatización que ha hecho el liberalismo. He llegado a ver una terminal del aeropuerto de Brindisi en Lecco que está a 70 kms.
En Italia, hay un abundante servicio en las zonas metropolitanas lo que permite ir de Milan a Torino por 26 euros en un tren regional que tarda un poco más que el de Alta Velocidad. Ahora bien, las filas no son respetadas, no funciona durante toda la noche y el trato no es tan amable como lo es Inglaterra.
Ya sé que se trata de lugares con mayor población que Zaragoza, con mayor peso político, con mayores recursos económicos pero es necesario fijar la meta en lo más alto, no bajar los brazos, identificar dónde están los “enemigos” y buscar soluciones copiadas de donde hayan triunfado o creativas.
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