El tren en Aragón se caracteriza por disponer de un Alta Velocidad que nos sitúa de Madrid y de Barcelona más cerca que lo están alguna de las ciudades dormitorio de las respectivas zonas metropolitanas y que llegar a Lleida es más fácil que hacerlo a Teruel.
En Zaragoza, tenemos un Cercanías desaprovechado y que suele viajar en solitario porque a nadie se le ha ocurrido poner Autobuses lanzadera entre las zonas pobladas y las estaciones de ferrocarril. O quizás es que las concesiones de líneas de autobús funcionan como funcionaban las de los Estancos de Tabaco.
Hacia Huesca, tenemos una línea de alta velocidad desaprovechada porque hay que llenar unos autobuses que luchan contra la sostenibilidad del planeta.
Hacia Teruel: Las reivindicaciones han sido contra la metrópoli zaragozana cuando el enemigo estaba un poco más al Este en el Corredor Mediterráneo.
La unión hace la fuerza. Estas disfunciones se hacen más patentes cuando sales fuera de España y ves la integración de los medios de transporte, incluso aunque pertenezcan a compañías distintas por los procesos de privatización que ha hecho el liberalismo. He llegado a ver una terminal del aeropuerto de Brindisi en Lecco que está a 70 kms.
En Inglaterra, hay que destacar la puntualidad exquisita y la información puntual indicando el motivo si existe algún retraso. Todo muy automatizado pero siempre hay una persona que atiende las dificultades que te encuentras: un billete que no pasa el control, o poder volver a pasar para que te acerques a los servicios que dejaste atrás de los tornos. Siempre con una sonrisa y un trato amable aunque empiezo a pensar que, simplemente, es respeto. El metro de Londres funciona toda la noche. Las filas son respetadas.
En Italia, hay un abundante servicio en las zonas metropolitanas lo que permite ir de Milan a Torino por 26 euros en un tren regional que tarda un poco más que el de Alta Velocidad. Ahora bien, las filas no son respetadas, no funciona durante toda la noche y el trato no es tan amable como lo es Inglaterra.
Ya sé que se trata de lugares con mayor población que Zaragoza, con mayor peso político, con mayores recursos económicos pero es necesario fijar la meta en lo más alto, no bajar los brazos, identificar dónde están los “enemigos” y buscar soluciones copiadas de donde hayan triunfado o creativas.
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