No sé cómo estoy derivando a escribir sobre estas cuestiones que se aproximan a la sociología, la psicología o la antropología pero creo que la pedagogía, la didáctica necesitan de la reflexión de estas cuestiones.
En los procesos formativos son habituales los grupos, las comunidades en las que conviven personal docente, no docente y los alumnos, los estudiantes, los aprendices.
Pensando como debe sobrevivir alguna de esas comunidades en espacio reducido y durante un tiempo prolongado, se me ocurrió pensar en un dolmen en el que la convivencia se sostenía en el respeto y en el sentido de comunidad.
El respeto al que ya me refería en una entrada reciente también garantiza la privacidad, la individualidad.
viernes, 21 de septiembre de 2018
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