1) 2) y 3)
La evaluación de la actividad docente debe hacerse colegiada: autoevaluación, evaluación de iguales, de los colegas, evaluación del equipo directivo, evaluación de la Administración, evaluación de los estudiantes.
4) y 5)
Ciertamente, deberíamos identificar debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades de la docencia en los diferentes niveles educativos. A fin de establecer una identidad profesional.
6) Relación con las familias
Es indudable la necesidad de una estrecha relación entre las familias y la escuela; pero lógicamente a través de los mecanismos de participación existentes. Las familias deben ser escuchadas, pero también las familias deben asumir la profesionalidad del docente.
El chiste, tópico, que antes, en caso de conflicto, los padres se ponían al lado del profesor; mientras que en la actualidad los padres se ponen al lado del estudiante es bastante real. Así nos encontramos noticias de agresiones de padres al profesorado. En caso de discrepancia con la actuación del profesor, los padres deberían saber que es preferible no desautorizarlo públicamente ante el hijo.
7) ¿Qué, quién y cuándo evaluar al profesorado?
El qué evaluar se referiría a su interacción en el aula: atención a la diversidad, motivación del profesorado, motivación del alumnado, gestión de los conflictos,…
Quién debe realizar esa evaluación ha quedado señalada en la primera pregunta, es decir, deben participar desde los colegas hasta los estudiantes mediante mecanismos de encuesta y de entrevista.
Para responder al cuándo, se deberían establecer dos catas: al final del primer trimestre y al final de curso.
8) La evaluación de la docencia
La evaluación de la docencia no debe suponer una culpabilización del profesorado y una responsabilidad exclusiva al mismo. La función docente depende:
- de recursos humanos: es decir, principalmente el profesorado pero también de los apoyos existentes (orientador, profesor de apoyo, mediador cultural, etc.)
- de recursos materiales, es decir, desde laboratorios hasta ordenadores, pasando por mapas o por la posibilidad de visitas y excursiones escolares.
- de recursos organizativos, es decir, de la disponibilidad de espacios y de horarios, de la existencia de mecanismos de coordinación, de las posibilidades de realizar una formación permanente o de implementar proyectos de innovación.
9) La carrera docente
Ya hemos señalado algo al respecto al referirnos a la motivación del profesorado o cómo atraer y mantener al profesorado un determinado territorio. Básicamente, entendemos que la motivación o bien procede de incentivos económicos o de reconocimientos en la carrera docente.
Por tanto, en la carrera docente no deberá atenderse a los años de experiencia; sino que las experiencias deberán ser valoradas en función de su dificultad y de su apoyo y contribución a la consecución de los objetivos comunes del sistema educativo. Así, por ejemplo un año en un medio desfavorecido, la puesta en marcha de un Centro, la participación en un proyecto innovador o la atención a cuestiones emergentes debería ser considerado de una forma más considerada que un año en un Centro de un medio urbano, sin grandes problemas y cuyos proyectos educativos ya están consolidados.
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