lunes, 12 de noviembre de 2012

No sólo asistencial

Esta es la descripción que una estudiante de Psicopedagogía hace de su experiencia como auxiliar de educación especial.

SABERES TEÓRICOS

A lo largo de mis años de formación he aprendido qué es el Currículum, que existe uno “oculto”, el Diseño, cómo realizar una Programación, a ¡ EVALUAR!!!, qué es la INTERDISCIPLINARIEDAD, la importancia de la Didáctica. . . pero también he aprendido lo fácil que  es que nos  perdamos en este “jardín” y nos olvidemos de lo más importante  y núcleo esencial de la Educación; ¡LOS NIÑOS!
Hay una viñeta de Tonucci “ con ojos de niño” que representa con bastante claridad esta idea: aparece un niño en el suelo boca arriba con cara de angustia y sobre él un profesor con un montón de libros-materias entre las manos. ¡Qué horror!
Pienso que ésto ya está cambiando y hace unos años se está viendo la importancia de conceptos, ideas como la Inteligencia Emocional, hay un artículo (entre muchísimos otros) de Daisy Grewal y Peter Salovey “Inteligencia Emocional”,que da una pincelada de cómo la atención a nuestras emociones ayuda a desenvolvernos en la vida diaria.
También se está viendo y se está estudiando la Motivación y su relación con el rendimiento académico, el cómo despertar el interés, la importancia de crear expectativas favorables en los alumnos; “ el efecto Pigmalión”: “si pienso que alguien no va a aprender, no aprende, y si pienso  que alguien va a aprender, logrará aprender”. 
El desarrollar emociones como el optimismo, la felicidad, la curiosidad . . .
Lo que he aprendido es que lo verdaderamente importante es “ayudar”a los pequeños, y a los que no lo son tanto, a ser personas felices, que se conozcan y respeten a sí mismos y que aprendan a disfrutar del proceso de aprender, de investigar. . .  y así, el que aprendan conocimientos será algo fácil, inherente al proceso de enseñanza-aprendizaje.

SABERES PRÁCTICOS
Mi experiencia profesional comenzó en un colegio de educación especial, en los años 99 a 2002. Fueron años muy bonitos; el primer dia me encontré frente a una clase de Educación Especial(los jóvenes más graves) y lo único que me dijeron fue: “solo tienen que estar  tranquilos ”._¿Qué? ¿ Y las características de cada uno? ¿Qué es eso de que “estén tranquilos”? ¿Qué hago?  Costó un poquito, pero nos acostumbramos; yo a ellos y ellos a mí,  y a partir de ahí no sólo estaban tranquilos, además el que podía pintar, pintaba, el que podía recortaba, escuchábamos música. . . fue duro, pero bonito. Luego pasé al grupo de pequeños ¡16 pequeños de 3 a 11 años!! ¡ pequeños bárbaros!!! La monitora que estaba con ellos ya no podía más y me tocó a mí el regalito!! Fue el mes y medio más duro, pero poco a poco logramos “ser” una clase , aprender y pasarlo bien juntos. Al final del curso me sentía muy orgullosa de mis pequeños.
Pero, por muy contentos que me decían que estaban conmigo, yo necesitaba algo más que ser monitora cuatro horas al día así que, como me llamaron de la D.G.A.  de la Bolsa de Auxiliares de Educación Especial dije que sí, y ése fue el comienzo de diez años de Auxiliar. Han sido unos años en los que he aprendido mucho; he estado en Institutos, en aulas de Educación Especial dentro de Colegios de Primaria, en un Aulario de Educación Especial… aunque sólo unos pocos días pero también he estado en un Colegio de Educación Especial…He aprendido mucho, no sólo de los profesores con los que ha trabajado, también con los chicos y sus familias.
Ser Auxiliar de Educación Especial no significa solamente enseñarles a que aprendan habilidades como higiene y alimentación, a ser más autónomos  . . . también estamos en clase con ellos y colaboramos con los profesores en el resto de aprendizajes.
En todos los centros en los que he estado, he tenido la oportunidad de relacionarme con distintos profesionales; los Orientadores me han contado sus experiencias, los problemas con los que se encuentran, sus opiniones. . .  igual que los maestros, los fisioterapeutas, monitoras de comedor, conserjes, limpiadoras, cocineras. . . este trabajo me ha dado un sentido amplio y en conjunto de un centro escolar, sé que pasa en los comedores, cómo se comportan los niños dentro y fuera del aula y, algo muy importante para mí, como conozco el trabajo y los problemas que conllevan todas estas profesiones, me resulta fácil  ponerme en su lugar.Soy consciente de que en cualquier centro escolar (o en cualquier trabajo) se trabaja mucho mejor y con más ganas si a uno le preguntan de vez en cuando qué tal y le dan una palmadita en la espalda.
Los profesionales de Educación Especial en centros ordinarios por lo general se sienten “desplazados”, “los hermanitos pobres” que molestan más que otra cosa.
Y  también están ¡los padres!, la verdad es que la mayoría de los padres de niños con necesidades educativas, se abren con nosotros; nos cuentan que fíjate lo que les ha dicho el tutor, o el director del centro, la fisioterapeuta. . . o, más importante, cómo se sienten ellos.
Al principio, yo era bastante radical al ver cómo los padres a veces se comportan con sus hijos de manera que les están perjudicando:_¿ No se dan cuenta de que así sus hijos no van a avanzar? ¿Qué les están haciendo un flaco favor? Pero con el día a día te das cuenta de que ser padre no es ser educador, que un padre siente como padre y que no hay que intentar convencer a nadie, hay que ponerse en su piel y a partir de ahí tratar de que la razón, en algunos momentos, esté por delante de la emoción, cosa que es tremendamente difícil cuando en muchos casos hay sentimientos de culpa, de protección desbordada que dificultan esta racionalidad.

M. N. M.

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