Traduzco un artículo del Corriere della Sera de 15 de enero de 2015, que he encontrado en una operación limpieza:
"Hacemos demasiada retórica sobre la escuela digital y mientras, los niños no saben escribir" titula Giovannni Belardelli.
¿Se permite alguna duda sobre la Escuela 2.0? No, obviamente, sobre la necesidad de que los institutos estén dotados de computadoras y conectados a la red (algo que no sucede especialmente en el sur de Italia). Pero sobre el hecho de que la enseñanza esté totalmente digitalizada, tanto en en los materiales utilizados como en los métodos didácticos. Las dudas son frutto de una experiencia de dos escuelas de primaria romana. En las mismas, con los alumnos de tercero, cuarto y quinto se dió la orden de escribir de 4 a 6 lineas. Se analizaron según el contenido, la caligrafía, la sintaxis, etc.
La iniciativa partía de la constatacción de que la generación de los nativos digitales está perdiendo la capacidad de escribir en cursiva, en beneficio de la utilización del teclado o - para quienes todavía saben usar el boligrafo o la pluma - y de la letras de imprenta. El punto relevante es, como ha observado uno de los responsable del proyecto Benedetto Vertecchi, que a la creciente dificultad de escribir a mano y a la paralela difusión de los medios digitales se corresponde " una disminución de la memoria, de la capacidad de orientación espacial y menos percepción precisa de las relaciones temporales". Corresponde, en realidad, alteraciones significativas del aprendizaje.
Bienvenida sea una dotación minimamente adecuada de las escuelas en el campo de los instrumentos digitales. Pero el nuestro sistema de instrucción debería tener la obligación de preservar no sólo la habilidad de la escritura a mano, sino también la específica capacidad de percepción y de organización del pensamiento como habilidades conectadas a la primera. Para hacer entenderlo al Ministerio de Educación que fuesen conscientes del problema y fueran más allá de la retórica fácil de la "Escuela 2.0".
La denuncia del movimiento pendular: entre la tecnofilia y la tecnofobia existe el camino medio de la Aceptación crítica de la tecnología.
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1 comentario:
Hola, estoy de acuerdo contigo. Considero que cada vez estamos perdiendo más la costumbre de escribir a mano y plasmar nuestra identidad en el papel. Estoy a favor de la incorporación de la tecnología en la escuela, ya que la sociedad está avanzando y es necesario adaptarnos a ello. Pero también opino que una cosa no quita la otra, es decir, que debemos preservar los dos métodos y seguir dándole la misma importancia al arte de escribir.
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