Ideas rectoras de la
metodología del primer año:
- Exigencia del aprendizaje autónomo, en pensadores críticos y polifacéticos.
- Fuente de ideas y de preguntas, no simplemente una transmisión de contenidos.
- Ejercicio de desarrollo intelectual y no sólo para aprobar exámenes.
- Participación en sus propias actividades de aprendizaje.
- Contar con apoyo y una buena devolución de información evaluativa.
Podríamos expresarlo a través de dos principios que implican a toda la
comunidad universitaria, no sólo al profesorado sino también a los estudiantes.
[personalmente incluiría también al Personal de administración y servicio]:
compromiso y empoderamiento.
Concretamente para evitar que descienda la asistencia de los alumnos a
clase se propugna que se pongan en marcha actividades distintas de la escucha y
toma de apuntes, como son los cuestionarios, los grupos de debate, etc.
Igualmente, es necesario, destacar, explicitar conceptos importantes como
son la empleabilidad, la formación permanente, la ética profesional o la
conciencia ciudadana.
La estrategia propuesta por Johnston (p.85) la denomina “autonomía guiada”
que analiticamente consiste en:
-
Aprender
para comprender: es decir, no sólo es memorizar y preparar exámenes sino una
actividad cognitiva compleja en la que interactúan cognición, implicación
social y motivación.
-
Enseñar
para aprender: remplanzando el modelo de profesorado transmisor de
conocimientos por un facilitador del aprendizaje.
-
Desarrollo
profesional para el profesorado: reconociendo que el cambio metodológico es
complejo y requiere tiempo, “los profesores no solo desarrollen un estilo de
enseñanza más facilitador, sino también que adopten una práctica educativa
basada en el conocimiento y orientada hacia la investigación”. (p.85)
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