viernes, 20 de septiembre de 2013

Expectativas de estudiantes y del profesorado

Una mala relación puede tener su origen en la incomprensión de las expectativas de uno y otros participantes. Así, profesores y estudiantes en muchas ocasiones son incapaces de ponerse en el lugar del otro; en comprender las expectativas e intereses de la otra parte contratante.

Estudiante:

“No estoy seguro de qué es lo que le pide el profesorado en los trabajos”. Conviene que esté claramente especificado. Lo que es evidente y obvio para el profesor no lo es para el estudiante y menos, para el estudiante universitario novel de primer año.

¿En un examen de elección múltiple cuentan negativamente las respuestas erróneas?

¿Cuántas páginas debe tener el trabajo? ¿Cuáles son los requisitos formales o da lo mismo? ¿Qué importa más el resultado o el razonamiento que se da a la respuesta? ¿Cuentan las faltas de ortografía en un examen de matemáticas?

Profesorado:

“No parecen conocer la diferencia entre una descripción y un análisis”. Por tanto, habrá que ejercitarse haciéndolo explícito.

“No pueden proporcionar evidencias que respalden sus opiniones”. Por tanto, habrá que dar un feed-back con una evaluación formativa detallada de cuáles son los errores y los aciertos de una determinada tarea.

“Esperan recibir todo siempre demasiado detallado”. Se precisa, hacerles ver que esto no es posible y apelar a su autonomía y madurez.

 

1 comentario:

Ico dijo...

El pan nuestro de cada día, trabajar la autonomía, reflexión y capacidad crítica. En realidad, esto es producto de la poca práctica que se da en muchas asignaturas aún basadas en la memoria. Hacer pensar es un trabajo diario, aprender a expresarse debería ser un trabajo diario, pero muchas veces no se abordan cuestiones instrumentales como esta..
Muy buena reflexión como siempre