O también viceversa: nuevas metodologías, antiguos principios.
Dicen Les Luthiers que errar es humano pero echar la culpa de nuestros yerros a otros, es más humano todavía. Por eso, cuando los sistemas escolares fallan, y fallan casi siempre, se suele echar la culpa a los pedagogos y a sus metodologías.
He de reconocer que, últimamente, existen denominadas nuevas tecnologías que sólo son lifting de principios metodológicos que ya usaron en el pasado con más o menos éxito
Concretamente, me referiré al Flipped Classroom o clase invertida. Básicamente consiste en estudiar lo teórico en casa con la ayuda de algún video que debería haber producido el profesor para luego resolver dudas y hacer ejercicios prácticos en el aula. El principio didáctico es sencillo: Es más fácil comprender algo cuando se sabe de qué se habla.
Cuando asistía a la Enseñanza Media, el primer día de la semana, el profesor de Historia solía señalar una lección y los días siguientes se dedicaba preguntar a un alumno al azar. En ese momento, aprovechaba para puntualizar, enfatizar, hacer disgresiones o bien redirigir las preguntas a otros, etc. Claro que entonces no se había inventado el Flipped ni existía el TDAH.
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