domingo, 26 de febrero de 2023

V.U.S.A.: Domingo californiano

Domingo es día de brunch, ese mixto inventado por los norteamericanos entre el breakfast y el lunch. No difiere mucho de un desayuno en un hotel en el que mezclas fruta, comida salada y algo dulce.

Hemos quedado en el Pier, aunque se puede traducir como muelle, en realidad en estas villas costeras consiste en un prolongado paseo de madera que se utiliza para alcanzar el agua en la marea baja y  contemplar a los surfistas con la marea alta. 

Bajamos subidos en un coche de golf. Mi sobrina se ha permitido esa útil peculiaridad para poder bajar a la playa y subir de vuelta a casa. 

Luego paseamos en el centro de la ciudad donde hay un mercadillo en el que predominan productos de los agricultores de la zona. Los productos tienen un aspecto muy diferente a los que se pueden ver en los supermercados.

También aprovechamos el autobús turístico gratuito (trolley) con aspecto de tranvía que sube hasta un centro comercial abierto (lo denomino así porque el pasillo entre comercios está al aire libre simulando una calle). Aparece como lugar a visitar en las guías turísticas.

La tarde-noche la reservamos para una fiesta sorpresa de cumpleaños en la que los niños disfrutan preparándola y realizando performances que incluyen números de magia. Los mayores hacen sus pinitos de master chef y sacan sus botellas de vino. No hay que olvidar que los caldos californianos están al nivel de los franceses, italianos o españoles.

El día transcurre y llega el final de nuestra estancia en San Clemente. Mañana rumbo al norte de California.


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