Una de las visitas clásica de Honolulú que todavía no hemos realizado es la ascensión al cráter del Diamond Head. Se encuentra a pocos minutos de nuestro hotel y el autobús nos aproxima hasta su entrada. Es necesario reservar la visita, pero puedes elegir cualquier hora porque así lo hicimos nosotros cuando llegamos a la entrada y nos dimos cuenta que la reserva era necesaria.
Dado que es una caminata cuesta arriba de unos veinte minutos conviene hacerla en las primeras horas del día ya que hace mucho calor. Es recomendable llevar calzado adecuado porque el sendero lo exige, hay empinadas escaleras en el último tramo.
Desde lo alto se divisa el mar en su amplitud de más de 180 grados y hay un búnker de vigilancia que fue utilizado hasta la década de los sesenta durante la Guerra Fría.
El día está nublado y las fotografías de la ciudad desde lo alto quedan deslucidas. Los lugares turísticos están tan visitados que los selfies están dando paso al intercambio de fotógrafos entre grupos o parejas cuando alguien ve intentar encuadrar el selfie a una pareja o alguien del grupo se está quedando fuera de la fotografía.
No sé si al que madruga, dios le ayuda. Lo que es cierto es que a las diez de la mañana ya hemos concluido nuestra excursión y estamos de vuelta en el hotel.
Decidimos que vamos acercarnos al Downtown porque el día no invita a ir a la playa. Como es lunes, los museos están cerrados pero conseguimos ver los jardines del Museo de Arte Moderno que comparte edificio con unas dependencias gubernamentales.
Se está haciendo mediodía y conviene buscar algún sitio agradable para tomar el lunch. El destino la Aloha Tower, otro de los sitios que las guías indican como "que hay que ver". En realidad, era un faro y su altura ahora convive con grandes rascacielos en el alrededor. Los rascacielos de Honolulu también son un atractivo para quienes, como yo, nos gusta la arquitectura.
El edificio anexo acoge principalmente a la Universidad del Pacífico con aulas a pie de calle. Y este enclave encontramos nuestro reposo del lunch. Un restaurante muy recomendable y con mucha historia, con una decoración que invita a pasar mucho tiempo y unos precios no más caros que cualquier otro punto de Honolulu: The old spaghetti factory.
Aguantamos el tiempo necesario para que la breve tormenta tropical cesase. La salida no es tan agradable porque hay obras de modificación de la carretera y la calle peatonal Fort Street Mall por la tarde- noche acoge el campamento de una buena cantidad de homeless. Son las consecuencias del capitalismo que Hawaii como 50 estado de US posee.



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