Dignidad para la Educación

 Estimados estudiantes:

Pensaba escribiros una carta muy similar que la enviada al personal de la Facultad (personal docente y personal de administración y servicios) en la que me refería al nuevo edificio.

Hemos comenzado un nuevo curso repartidos en cinco sedes (San Juan Bosco, Inter. I, Inter. II, Geológicas y C.M. Cerbuna). A pesar de esta multi-espacial situación espero nos sintamos miembros de una empresa con un objetivo común: dar un SERVICIO PÚBLICO DE CALIDAD.

Este curso es, o puede ser, el último que estaremos en este viejo y nada entrañable edificio de San Juan Bosco, espero con ansia Septiembre de 2012 para poder empezar a llevar personalmente mis archivadores al nuevo edificio.

Pero para eso es necesario que vuestra energía positiva se concentre en que el deseo de disponer de unas dignas instalaciones, símbolo de lo que se preocupa la sociedad por la EDUCACIÓN, se convierta realidad.

El nuevo edificio tiene una personalidad única, marcada y amable, servirá para identificarnos en él y reconocernos más fácilmente como miembros de una comunidad.

Felices días y próspero edificio nuevo.

Desgraciadamente, ayer se presentó el presupuesto de la comunidad autónoma que ha talado ese deseo. Nuestro gobierno autónomo nunca se ha caracterizado por tratar bien a su Universidad, nunca ha entendido que somos motor de desarrollo, y menos los “maestricos”.

El proyecto de Presupuestos "no contempla asignación alguna dedicada a infraestructuras y obras" lo cual, según López, quiere decir que, de confirmarse estas cifras ("nula inversión con respecto a 2011") no sería posible comenzar las obras de la nueva Facultad de Filosofía y Letras ni tampoco terminar las de la Facultad de Educación, cuya finalización está prevista para abril de 2012.

Por tanto, habrá que seguir en cinco espacios incómodos, inseguros, indignos para todo el mundo, pero especialmente para quienes vais a ser: los maestros y el profesorado de la ciudadanía del siglo XXI.

Por eso, os deseo felices días y os pido que en el próximo año, además de ser buenos estudiantes y trabajar duro por vuestra formación; os ocupéis de lo común: de dignificar la educación, de valorizar la profesión de enseñante, de educador, de profesor, de maestro. Porque no hemos sido los trabajadores (funcionarios, contratados y mileuristas) de la educación los que hemos provocado esta crisis económica sino los especuladores.

Los años bisiestos siempre han sido buenos para luchar por nuestros derechos.