Paranoia de limpieza.- La equivocación entre el bote de alcohol y el de lejia en spray me hizo pensar que mi ordenador habia sido invadido por un virus informático. Resultado: mi teclado actuaba como si estuviera poseido y hackeado cuando en realidad era la paranoia por el coronavirus el que le habia trastocado. Puedo asegurar que mi teclado no trasmite nada.
Sobreinformación radiofónica.- Si antes mataba mi soledad con la radio, ahora sólo la quito cuando me voy a dormir.
Pueblo disciplinado.- Al salir a comprar al supermercado, he pensado que si con las medidas preventivas que estamos tomando la ciudadanía no conseguimos parar a este virus, será que es más listo que nosotros y habrá que darle la partida como si fuera una de ajedrez.
Ahora planificado.- Pensaba que esta cuarentena yo sería dueño de mi tiempo, en lugar de mi agenda electrónica. Y, en cambio, mi agenda pita a todas horas: convocatoria de aplausos, limpieza de manos cada 15 minutos, sacar al perro, hacer gimnasia, baila.
Hasta me he hecho un horario.
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2 comentarios:
Al principio de todo esto pensaba, que voy hacer para amortizar tanto tiempo libre. Pero ahora que llevamos una semana y media de cuarentena no he parado ni un segundo en hacer cosas.
Estar confinado puede ser una gran ventaja mirándolo por el lado positivo, tienes más tiempo para estar con tu familia y a veces viene bien tener más tiempo para ti y para conocerte a ti mismo. Parecía que íbamos a estar sin hacer nada en casa y ha sido totalmente al revés, hay mucho trabajo que hacer y eso hace que no se pierda la rutina que teníamos antes.
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