Esta entrada también se podría titular: Pensar y Hablar no es conmutativa. Con frecuencia hablamos y luego pensamos lo que hemos dicho, eso en el mejor de los casos; cuando el orden debería ser respetado escrupulosamente: primero, PENSAR, después: HABLAR.
Hace unos días vi uno de esos mensajes reflexivos relativos a las reglas de la comunicación positiva.
Deberás hacerte las siguientes preguntas:
Museo Nacional de Suecia. NO es Juan Echanove |
- ¿Es verdadero lo que vas a decir? ¿Estás seguro de que ha sido así? ¿ Lo has contrastado?
- ¿Es algo positivo? Porque si es negativo, ya tengo muchas cosas negativas a mi alrededor: la guerra, la subida de la luz, la huelga de transportistas.
- Si es cierto y es positivo, ¿Me va a servir para algo conocerlo?
Sí pasamos por este triple filtro algunas de las noticias de un programa como "Corazón" veremos que aunque superaran la primera y la segunda de las preguntas, casi con toda seguridad no pasarían la tercera.
Ejemplo: "Una colega de trabajo ha entrado en el patio donde vive Antonio Banderas", rápidamente los "periodistas" comienzan a inventar la historia de una relación que el actor desmonta con gracia malagueña diciendo que la colega vive en el mismo edificio que él y que lo noticiable sería que la hubieran pillado escalando por la fachada o entrando por la ventana.
Primero, la noticia no era verdadera, no era positiva ya que trataba de meter cizaña y, sobre todo, la utilidad de la noticia es nula.
Y este periodismo, si le podemos llamar así, lo pagamos la ciudadanía con nuestros impuestos.
Otro de los problemas de la comunicación es el de hablar sin escuchar, pero esa será otra entrada.
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