Una conversación entre conocidos, amigos o familiares:
- “Estoy harto del Centro de Salud, no te hacen ni puto caso. Unas filas enormes y luego media hora para darte una cita”
- “Pues yo tengo el mismo Centro de Salud que tú y me va de maravilla. A veces tengo que esperar pero es que mi medica atiende a los pacientes según su necesidad y casi siempre echa más del tiempo asignado. Pero reconozco que en la ventanilla, según me toque la A o la B, es diferente. El otro día, mientras la de la ventanilla B atendió a 7, la de la A, atendió a 1 y tuvo que ir a consultarle a su compañera.”
- Me lo vas a decir a mi que la medica olvidó detallar un dato, me tuvo veinte minutos y no me quería hacerlo porque no llevaba la tarjeta sanitaria, aunque le enseñe el DNI.
Hay empleados públicos que resuelven los problemas que son eficientes, amigables, comprensivos con la torpeza o el desconocimiento del ciudadano y otros que no lo son. Otros que considera que ellos siempre tienen la razón y que el ciudadano debe conocerse todas las normas y procedimientos aunque resulten incomprensibles. Porque en la actualidad, en el campo sanitario, no sólo hay que conocer terminología médica sino también la lógica informática y burocrática. Y éstas resultan incomprensibles incluso para los empleados públicos.
Post escrito.- Esto es transferible a la Universidad y cualquier oficina de la Administración.
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