miércoles, 2 de marzo de 2022

Primer día en Estocolmo

Esta semana he comenzado la crónica de un viaje a los países escandinavos y hacía un resumen de los cuatro días pasados en Estocolmo. A partir de hoy, iré ofreciendo el diario.

Se recomienda empezar con un free tour en español que te ofrece una idea global de la ciudad, cuáles son los sitios más interesantes que has de volver a visitar o cuáles de los que no se visitan son recomendables, lugares que comer sin ser los típicamente turísticos, etc. Valentina, nuestra guía, es chilena, cuatro años en Suecia, licenciada en Historia y en Ciencias Políticas, además de Máster en Documentación nos facilitó todas esas informaciones. Nos acompaño al restaurante donde comen los suecos, nos recomendó el restaurante donde comer las típicas Meatballs suecas y que, aunque alejado del centro de la ciudad,  acudiéramos a visitar el palacio de Dronttingham, residencia de los reyes rodeado de bosques y jardines.

El grupo del free tour estaba constituido por dos catalanes, una familia ampliada de ocho miembros de Xativa y nosotros dos de Aragón. Me sirvió para reflexionar sobre la importancia de proteger las lenguas autóctonas pero también de aprender lenguas mayoritarias que te facilitan la comunicación con personas de otras latitudes y longitudes terráqueas. El tour era en español.

Los free tour cuentan la historia de la ciudad, de los edificios, de la nación; las costumbres de sus gentes, de la economía, de la cultura, etc.  Y los guías siempre responden a la curiosidad como:¿Qué son esos contenedores adosados a los edificios en restauración? “Son las oficinas y viviendas de los trabajadores que están empleados en dicha restauración. Proceden de otras ciudades y no es factible encontrar a precio conveniente lugar para alojarse y, por tanto, se alojan en la propia obra. Por cierto, me sorprendió la numerosa cantidad de grúas, andamios, construcciones y rehabilitación de edificios que nuestra vista observaba por doquier y que tratábamos de evitar en las fotografías.

Después de dos horas y media de tour acostumbrándonos al frío sueco y teniendo como colofón el cambio de guardia del Palacio Real, el tour finalizó.



El lugar recomendado por Valentina para comer se trata de una, diríamos, “casa de comidas suecas”. El público claramente es autóctono y la carta también, incluso en la versión inglesa resulta complicado encontrar lo que queremos.

Agua, pan y ensalada se ofrecen en autoservicio cuantas ocasiones quieras, también el café final. El plato principal elegido siempre cuenta con guarnición de verduras de diverso tipo aunque el pepino está omnipresente.

A pesar de que el tiempo al mediodía es el mejor momento para pasear, estamos muy cansados y regresamos a hacer un “FICA” al hotel. No piensen en “eso” aunque también podría estar incluido. Los suecos se refieren a hacer un parada en nuestra jornada, un break que dirían los ingleses o un “kitkat” en referencia a esa conocida galleta.


 Nuestro hotel es el Radisson Collection, situado excelentemente junto a uno de los puertos, está perfectamente comunicado con los medios de transporte públicos: metro, (Kungsträdgärden) tranvía, bus y barco. Un café en la habitación da fuerzas para localizar el mirador donde contemplaremos el atardecer, ¡a las 16:30!. 


La luz que se refleja sobre los edificios, es espectacular, igualmente sobre las heladas aguas del lago.


La cena es en el recomendado “Meatballs for the people” donde encontraremos albondigas de once tipos:  ternera, vaca, mixta cerdo-vaca, cordero, cerdo, jabalí, reno, alce, oso, pollo y vegana. Recomendación: no exageres con la petición o tendrás que llevarte un tupper como el nuestro. Regresar caminando para rebajar la cena resulta muy agradable, quizás porque son las nueve de la noche, incluso en la calle más solitaria, te sientes seguro.


Conviene acostumbrarse al horario del norte, al europeo: coma y cene temprano. Si quiere la vida continua después de las diez de la noche pero nosotros estamos tan cansados como si hubiéramos estado en la oficina, han sido unas seis horas de turista y unos veinte mil pasos.


No hay comentarios: