Me resulta curioso que cuando relato mi viaje a Noruega y Suecia, me preguntan ¿qué te parecen?
Y me resulta difícil contestar con un calificativo y menos con un me gusta, me encanta, no me gustan, son horribles. Porque tienen valores que admiro, que me gustaría que tuviéramos en el sur. Por otra parte, quizás con motivo de la globalización y de que ellos también viajan, han recogido costumbres de los países cálidos, por ejemplo, tener terrazas donde comer, beber y conversar. Los suecos tienen el llamado "fika".En cualquier caso, su nivel de desarrollo económico es muy importante pero decir que la vida allí es cara no es del todo correcto ya que sus sueldos y su modo de vida hacen que sea adecuado. No resulta adecuado si decides tomarte dos cañas canónicas cuando sales del trabajo porque serán aproximadamente unos 30€.
Son individualistas pero respetuosos. Son amables pero no invasivos. Los noruegos tienen el defecto de los nuevos ricos: petróleo y agua son sus ases de la baraja económica. Pero también admiro y envidio que ese dinero lo dediquen a la cultura: los edificios de Oslo: el de la danza y la música, el de Mundt, la Galería Nacional, etc.
A pesar de ser ricos de energías, no hay derroche sino que tienen transportes (autobuses, barcos, trenes) que funcionan con energías limpias, no exageran haciendo autopistas aunque la mayor concentración de vehículos TESLA la he visto allí.
La falta de sol induce a la depresión. Y si he de optar entre Noruega y Suecia, elijo a estos últimos. Quizás por Olof Palme y la socialdemocracia y porque eligieron ser de la Unión Europea.
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