miércoles, 18 de octubre de 2023

Fin del dinero y de algunas profesiones.

 El libro de Marta García Aller, El fin del Mundo, escrito en 2017 señalaba el final de ciertas cosas que todavía permanecen con nosotros pero que poco a poco van ocurriendo. Desde la publicación, debemos anotar al menos en nuestro contexto temporal: una pandemia mundial con confinamiento de gran parte de la población, la consiguiente crisis económica agravada con la invasión rusa de Ucrania.

Empezaré por el más evidente y que la necesidad de higiene durante la pandemia COVID-19 justificó: el pago con tarjeta de forma preferente y la desaparición de las monedas y billetes. El año pasado viaje dos veces a los países escandinavos sin haber comprado en el banco ni una sola Corona. Los autobuses de Barcelona se pueden pagar con la tarjeta física o virtual que se lleva en el teléfono.

"Los móviles han actuado como depredadores digitales de muchos .dispositivos cotidianos. Han sustituido a las cámaras fotográficos, las calculadoras, los ordenadores, los periódicos, los reproductores de música, la radio, el reloj...No es tan descabellado que acaben haciendo lo mismo con el dinero". (p.85)

Por no referirme al tema de las criptomonedas

En cuanto a las profesiones, ya había leído un libro de Lynda Gratton, publicado en 2012, que hacía un análisis sobre las necesidades del futuro y de las consiguientes profesiones. Marta García señala que las profesiones que sobrevivirán serán aquellas que tienen que ver con la inteligencia creativa, la inteligencia emocional y la percepción y manipulación en contextos desordenados o caótico porque serán resistentes a la automatización. Si bien, la aparición de los CHAT gpt pone en duda que la Inteligencia Artificial no llegue a ser flexible, intuitiva y creativa a nivel humano.

En cuanto a la conducción (los volantes), mi coche, y es de los de baja gama, tiene un sistema que me permite olvidarme de la distancia a la que voy del vehículo que me precede, tomar las curvas ayudado por el propio volante, no tengo que presionar el acelerador y mantiene una velocidad constante. Los más modernos o de alta gama hasta pueden encontrar aparcamiento y aparcar sin nuestras manos.

Es cierto que el coche sin conductor está teniendo muchos problemas para su desarrollo, pero ya son muchos los trenes que circulan sin conductor: los metros de Milán, Barcelona o el tren en la terminal de Barajas.

Cada vez son menos las tiendas que se abren y las que lo hacen son grandes corporaciones que utilizan el espacio físico para que los clientes recojan o devuelvan los productos comprados on line.

En próximos posts, seguiremos con más cosas e ideas que están finalizando.




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