Un pasajero llega al aeropuerto de Orio al Serio (Bérgamo). Se acerca a tomar el autobús que le llevará a Milán en menos de 60 minutos y con una frecuencia de cada 15 minutos. Una persona le coloca la maleta en el maletero, mientras otra le informa en un malo, pero voluntarioso español, dónde tiene la parada en Milano.
Otro pasajero llega al aeropuerto de Zaragoza. Pregunta al conductor dónde puede dejar la maleta. Este le dice que el maletero está abierto. Por supuesto, no baja a abrir la pesada puerta a pesar de que el susodicho tiene una avanzada edad y una debilidad manifiesta. Luego el pasajero pregunta por el autobús de regreso. Nuestro conductor contesta en tono enfadado, como si le molestase tanta pregunta, que él sólo hace ese servicio y que en la marquesina deben estar escrito. "Pero no baje, porque nos vamos inmediatamente".
Nuestro viajero conoce el español; no sé, si afortunada o desgraciadamente.
En Bérgamo no se celebrará la Expo. !Qué suerte tienen!
viernes, 16 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
A esto le llamaría yo falta de adaptación del animal al medio. Me temo que el fenómeno EXPO se ha quedado en un ámbito político y cultural ajeno al gran público, a los ciudadanos de Zaragoza. Por eso digo que el animal no se ha adaptado al medio: porque desconoce el medio. Eso...y que hay mucho mardano por ahí suelto...
Saludos
Alumnator
Yo no hacia esta entrada tanto por la cuestión de la adaptación, como por la necesidad de formación permanente y de cómo eso que llaman el "valor añadido" (la calidad) de la producción y de los servicios pasa necesariamente por una formación permanente que incluya no sólo los conocimientos y los procedimientos, sino también las actitudes.
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