Por segunda vez, vuelvo a discrepar con mi amigo el prof. Turégano en temas de innovación curricular.
La primera vez fue cuando se trataba de introducir las TIC entre el profesorado universitario y José Antonio Turégano pensaba que todos deberían rendirse ante las excelencias y ventajas de esa tecnología. Yo manifestaba que había que considerar el pensamiento del profesor, su contexto, etc. Es decir, llamaba a tener en cuenta los postulados de los procesos de innovación.
Ahora, José Antonio está por ralentizar para pensar mejor las reformas del proceso de EEES. Pero llevamos más de ocho años hablando de ello, mareando la perdiz, intentando convencer a los inconvencibles: aquéllos que están de acuerdo con el profesor Turégano aunque por motivos (no manifestados en ocasiones) bien distintos. Estoy convencido que si finalmente triunfa la pinza de los utópicos revolucionarios con los reaccionarios trasnochados e interesados en mantener su status quo (ese que privilegia la investigación frente a la docencia y el servicio público); si se produce una dilación de la puesta en marcha de los Grados (justificada por la crisis), la reforma tan necesaria a la Universidad no llegará o llegará más "descafeinada" que lo está en este momento.
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