Todos los años hacemos alguna actividad para que los
estudiantes que acaban una etapa educativa, se animen a seguir su proceso de
formación.
Como Decano me toca estar presente y reconozco que me
gusta la posibilidad de hacer prospectiva, de abrir horizontes porque en una
situación crítica y compleja, creo que hay que desenmarañar algunos hilos
aunque corramos el riesgo de equivocarnos.
El siglo XXI fue denominado el siglo de la
información, el siglo del conocimiento, actualmente la economía y la intervención
la han eclipsado; pero a pesar de los especuladores y de los agoreros, yo sigo
confiando en que esta cortina pueda ser retirada.
El conocimiento necesita de maestros, de gestores
del conocimiento, de ingenieros de la información, de catalizadores del saber,
de dinamizadores culturales, de animadores sociales, de educadores o cómo diablos queramos llamarles.
Lynda Gratton (Prepárate, el futuro del trabajo ya está aquí) propone algunas profesiones
de futuro entre las que señala: instructor para la tercera edad, vendedores de
talento, “ayudantes de networking, que serán mitad educadores sociales, mitad
relaciones públicas con objeto de mejorar nuestra integración social en
internet”. Creo que es evidente la relación de estas profesiones con el
magisterio.
Para todo ello que es necesario: competencias
comunicativas que pueden ser desglosadas en dominio del inglés, manejo de la
informática, saber hablar y escribir.
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