No quería titular de nuevo: ni "in memoriam", ni "ha fallecido", ni algo similar. La parca de nuevo me obliga a escribir un tema personal en este blog que va a pasar a una plataforma más académica y profesional en los próximos días.
Pepelu, José Luis Alonso, veterinario, vicerrector de Profesorado, Defensor universitario y, sobre todo, PERSONA y AMIGO se ha ido. Mejor dicho, una "puñetera y estúpida" enfermedad nos lo ha robado. Mi amistad con Pepelu es de hace tiempo (da lungo), antes su hermana Pilar fue profesora de la entonces Escuela Universitaria del Profesorado, luego su hija Adriana es estudiante de la Facultad de Educación. Con Pepelu y con Pilar se estableció esa complicidad que hace que aunque pase el tiempo sin verse, cuando te vuelves a encontrar, es como si hubieran estado presentes todo el tiempo en tu vida. Un sentido de la virtualidad anterior a la digitalización y al whatsapp.
Pepelu era de natural socarrón y junto a su inseparable Pepe Muzquiz fundamos el grupo Isostar, rama Heineken (yo me añadí a a esos dos tipos que altas horas de la noche razonaban como si se acabarán de levantar). Ciertamente, era un bar ruidoso, donde no era fácil ni hablar pero Pepelu era capaz de razonar, de ser sarcástico, de ironizar o de tener ideas brillantes como si fuera un soto donde sólo se oyera el discurrir del agua y el canto de los pájaros.
Además, Pepelú era un profesional riguroso que igual puso orden en la creación de la Facultad de Veterinaria de León en Nicaragua como sistematizó la dedicación del profesorado universitario.
Pero si tuviera que decir dos palabras que definieran a Pepelu serían: ENTRAÑABLE y DIVERTIDO.
Hasta pronto, compañero! Si existe la eternidad, vete pidiendo un par de cañas, muy fría la mía,¡ por favor!
jueves, 18 de octubre de 2012
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