El sexismo en política.-
“A causa de su historia, las mujeres llevan a la política una porspectiva cultural y de valores diferente a los hombres. Muchas investigaciones psicosociales han mostrado que, medianamente, las mujeres dan una mayor importancia a valores como la igualdad, la responsabilidad social, la acogida, la protección ambiental y son menos proclives a aceptar una estructura social jerárquica en las que un grupo domina sobre otro y las minorías no son respetadas. En general, como se ha visto, las mujeres son menos sexistas, tienen menores prejuicios sobre las minorías y los inmigrantes, exprimen actitudes más positivas en la sociedad multicultural, son más atentas a la dignidad social de los diversos grupos sociales y apoyan, más que los hombres, medidas contra la discriminación.” (Maass y otros, 2009) (p.111-12)
Las mujeres son más propensas a dedicar fondos públicos para programas educativos, sanitarios o de Bienestar social.
En el trabajo institucional, las mujeres introducen estilos más cooperativos, más democráticos y privilegian las soluciones concretas. Asimismo, se aprecia un aumento del standard moral.
(Simone de Beauvoir) (p.114-15): “ Los hombres han favorecido el propio sexo, continúan favoreciéndolo por interés, por tradición, por inercia, porque no se dan cuenta o no quieren darse cuenta que los tiempos han cambiado, porque, sobre todo, encuentran más fácil y “natural” hablar y hacer política en ese club masculino tan seguro y acogedor en el que se expresan con el mismo lenguaje verbal y no verbal, se comprenden las alusiones, se confrontan y se choca, se encuentra el compromiso o se sella una alianza, se conocen las reglas explícitas e implícita, basadas en la condivisione (normas no escritas compartidas) de género”.
Se aduce que las mujeres en política tienen falta de motivación o menores ambiciones. Esto puede ser válido para quienes no han decidido dedicarse a ello, no así para quienes ya están dentro. NO obstante la menor participación política de las mujeres puede deberse a cuatro razones:
1. El hecho que las responsabilidades familiares se cargan sobre sus espaldas.
2. El Machismo difundido en los ambientes políticos.
3. La conciencia de que deberán ser doblemente “brave” para poder desenvolverse
4. El hecho de que las mujeres están poco representadas en los órganos donde se confeccionan las listas electorales. (P.116)
Cuando las mujeres que se dedican a la política logran superar los criterios de acceso, su índice de actividad (presencia, relatores, propuestas presentadas, intervenciones en el parlamento) son decididamente son superiores a los de los colegas masculinos. (P.116)
Cuando las mujeres se dedican a política:
A) Ser percibida como una mujer verdadera con el riesgo de ser juzgada como incompetente.
“…si se revelan más discretas y atentas a las relaciones, vienen juzgadas inadaptadas para asumir posiciones de liderazgo”. (P.121)
B) Venir homologada al universo masculino y ser acusada de abdicar a su feminidad.
“…si se muestran competente, ambiciosas, agresivas, suscitan reacciones negativas por falta de feminidad;” ( p.121)
Cuando una mujer está en un mundo de hombres, una forma de romper el “techo de cristal” puede ser adoptar las cualidades masculinas: (Ninguna frivolidad, estabilidad emocional, confianza en sus capacidades, competencia, franqueza, agresividad en las elecciones políticas y sociales. (P.118)
Políticas desprestigiadas:
Hillary the Movie, con estereotipos que se dan a las mujeres que tratan de quitar los privilegios de roles de hombres: “mentirosa, deshonesta, hambrienta de poder, despiadada, dura, mala, narcisista, dispuesta a todo, arrogante, ávida, corrupta, incluso asesina” (p.120)
Las mujeres con mando que usan un estilo masculino son juzgadas más negativamente que los líderes masculinos. )(p.120)
“…las mujeres de poder vienen descritas como neuróticas, hostiles, irascibles, peligrosas, se piensa en retratos cinematográficos como el de “El diablo vista Prada”. (P.121)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario