Ya comentaba este tema en anteriores entradas ( he localizado 22 entradas en este blog, algunas muy antiguas 2007 y otras muy bonitas) pero me apetece volver al mismo porque el silencio, los silencios han vuelto a la ciudad.
Antes solo se escuchaba el silencio en la noche aunque en cualquier momento era interrumpido por el camión de la basura o por una sirena que llegaba. O también, el silencio de una mañana de domingo o de una hora de siesta del mes de agosto.
Ahora, hay menos circulación de vehículos y eso nos ofrece silencios como de pueblo. El silencio de primera hora de la tarde en el que se puede distinguir el martilleo de una obra, algo que se solía perder en el fragor de los ruidos de coches y autobuses.
Me gusta escuchar el silencio, pensar que pasear por la ciudad es como en el campo en el que se disfruta del territorio sin tener que disputarlo con otros seres humanos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario