A pesar de que algunos señalan que el desarrollo no es infinito, que debemos parar la producción sino queremos ver desaparecer la especie humana de la Tierra.
A pesar de que incluso los más escépticos reconocen algunos de los problemas que conlleva el consumismo exacerbado.
A pesar de que organismos ajenos a la sostenibilidad, señalan las consecuencias catastróficas del paradigma del desarrollo.
Seguimos pensando que hay que estar produciendo vehículos que permanecerán parados en una extensión de terreno que asfaltaremos para que no se hundan en el barro y que deberemos gastar agua y energía para mantenerlos en estado de revista.Seguimos rentabilizando la producción con jornadas de trabajo de 40 horas semanales.
Seguimos alimentándonos de forma consumista aunque aumente la obesidad y otros problemas derivados de una mala alimentación.
Seguimos apreciando el césped aunque vivamos en un territorio de secano y queremos tener nuestra propia piscina o exclusiva para nuestro vecindario.
Seguimos queriendo tener cemento en nuestras plazas para no mancharnos los zapatos.
Seguimos gestionando mal los transportes públicos con autobuses vacíos que consumen combustibles aunque sean verdes.
Seguimos teniendo encendido todo el alumbrado público de las ciudades, todas las farolas en horas que no circula nadie.
Y mientras seguimos diciendo que "viene el lobo (cambio climático)" mientras nos tomamos nuestra bebida fría con hielo o la cerveza en una jarra enfriada.
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