Hay un novela de Joaquín Berges que se titula de este modo, donde una persona sale de su estado de confort por una casualidad.
No pretendo salir de mi estado de confort actual, pero desde las pasadas elecciones municipales del 28 de mayo, mi sensación es de malestar; hasta tal punto, que he comenzado a escribir varios posts sin llegar a concluirlos con los siguientes títulos:
- Incertidumbre
- Harto
- Nadar y pensar, donde trataba de contar el malestar que me produce el triunfo de la mentira.
- Hipocresía u orejeras: en él que intentaba encontrar explicación al discurso populista de la derecha.
El sentimiento es de frustración, de haber gastado la vida defendiendo unas relaciones justas, solidarias, comprensivas. Y tener que contemplar en estos inicios del siglo XXI como los líderes y los partidos políticos que proclaman o justifican la violencia, la mentira y la bronca constante no razonada son los que reciben los votos, las aclamaciones populares.
Esperemos que el verano además de sequía traiga esperanzas, valga la redundancia.
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