Yo le he dado muchas utilidades:
- desahogo para escribir cuando sucesos luctuosos me tocaban de cerca,
- como fuente de publicidad para las campañas electorales en las que participa como jefe de campaña o como candidato,
- para dejar recogido mis experiencias de viajes
- para contactar con otros blogueros
- etc.
Posteriormente llegaron Instagram y TikTok, entre otras aplicaciones, y hace unos días me enteré que soy "creador de contenido". No estaba yo seguro de que ese sea mi propósito que me equipara a los influencers de las redes sociales.
Porque crear contenidos no valora la validez, pertinencia, adecuación del contenido creado. Mi blog expresa ideas y sentimientos, invita a la reflexión, ofrece hipertexto y desde luego cada frase que escribo la pienso dos veces porque conozco que asociado a mi nombre aparecerán hasta el final de los tiempos, incluso cuando esté muerto.
Por eso, me gusta ser bloguero y no creador de contenidos. Y sobre todo porque resulta pretencioso decirse creador.
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