El pasado día 22 de noviembre escribía sobre la creatividad que puede desarrollarse al caminar. Una vez escrito y releído, considero que no he tenido en cuenta a todas aquellas personas cuya movilidad por la ciudad está llena de dificultades y trampas. Prueben a pensar que se desplazan en una silla de ruedas, con muletas, que su visión sea reducida o sea una ceguera total, incluso aquellos que tienen hipoacusia en diverso grado.
Últimamente, observo que el número de personas con bastón, muletas, andadores, sillas de ruedas motorizadas o no, es muy importante.
Nuestras calles, nuestras aceras no están adaptadas a están personas porque su anchura no permite el paso o el cruce con otros peatones. Además, hay que añadir la concesión de licencia para poner terrazas por doquier, a las que se puede añadir un andamio para restaurar una fachada. También, se colocan señales de tráfico, papeleras y, a ultima hora del día, los cubos de basura comunitarios.
Olvidaba, otra actividad que no empatiza con las Personas de Movilidad Reducida: las obras públicas. Los operarios colocan las vallas donde mejor sirven para sus intereses y no piensan que puedan desplazarse por el viento, que se deja sin alternativa a las P.M.R., etc.
Otro colectivo se une a sufrir los problemas de movilidad: las personas que deben llevar carritos de bebe. ¿Han visto la anchura que tiene un carrito de gemelos?
En resumen, espero no encontrarme nunca en esas situaciones y solidarizarme con todos los que las padecen.
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