jueves, 30 de septiembre de 2010

¿Por obligación o por deseo?

¿Por qué vamos a la escuela? ¿Por obligación ? ¿Por que lo pasamos bien? ¿ Por que encontramos a los amigos? ¿Por que hay que promocionar? Oí esta pregunta el mismo día que veía el reportaje en el periódico EL País sobre  los Pre-parados. Y creo que debemos reflexionar sobre la misma. Especialmente, los que nos dedicamos a esta labor de la formación, negocio de la formación dirán otros.

Lo que a continuación se describe vale para el mundo occidental, los países en desarrollo afortunadamente la percepción es distinta.

Cuando era niño, ir a la escuela, sacar buenas notas, incluso mejores que los otros significaba disfrutar de una beca para unos estudios que tus padres no podían pagar. Y no podías pagar ni el bachillerato porque a los 14 años convenia no ser una carga para casa y eso sólo se conseguía con dinero: del trabajo o de becas.

Actualmente, ir a la escuela, se va porque no hay otro sitio mejor: en casa no te puedes quedar porque los padres no están y cuando eres más mayor no vas a estar pululando todo el día por la calle. Así, que vamos al Instituto a pasar el rato. Lo que me cuentan no me parece interesante y creo que no servirá para mucho porque se parece poco a lo que veo todos los días en la calle y menos a lo que me ofrecen por la televisión. El título que me darán no sé si me servirá para obtener trabajo a tenor de lo que me cuentan mis amigos y en los medios de comunicación.

Es decir, que si no es por motivación interna, por curiosidad por aprender; la motivación externa no se encuentra.

Qué panorama más negro!!!

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