miércoles, 20 de enero de 2016

¡Es la educación, estúpido! (José Javier Rueda)

Publicado en 
HERALDO DE ARAGÓN. ECONOMÍA Y NEGOCIOS. (22/02/2015)


En las elecciones presidenciales de 1992 en EE. UU.,  un bisoño gobernador de  Arkansas venció a un todopoderoso inquilino de la Casa Blanca,  George Bush (padre), que acababa de ganar la primera guerra  del Golfo. Lo logró con un lema  contundente: «¡Es la economía,  estúpido!».  Bill Clinton se impuso con el compromiso de dedicar más atención a la economía  que a la política exterior. Desde  entonces, esta memorable frase  ha sido utilizada frecuentemente  en las campañas electorales. Y la  próxima en España, ya inminente, no va a ser una excepción. 
Ahora bien, para mejorar de  verdad la situación, para no ser  los campeones de Europa en desempleo, para ser un país más  desarrollado y con mayor calidad de vida, el camino no es  simplemente la economía sino  una apuesta contundente por la  educación. Y es ahí donde los  gobiernos están fallando. Han  metido la tijera de la austeridad  a troche y moche, sin reparar  que donde menos hay que recortar es en la palanca que nos va a  catapultar para salir de la crisis.  Había que mejorar la forma de  gastar, pero no había que reducir  los presupuestos de colegios,  institutos, universidades, labora- torios de investigación, organismos de formación continua, centros de excelencia... 


Los políticos son cortoplacistas por definición: ante todo les  interesa ganar las elecciones.  Por eso les cuesta invertir en  educación. Ahora bien, los ciudadanos sí que podemos exigir a  los gobernantes que atiendan a  nuestros intereses, no a los suyos. En realidad, nos jugamos en  futuro porque, como dice un viejo proverbio chino, «quieres un  año de prosperidad, cultiva ce- real; si quieres diez años de  prosperidad, planta árboles; si  quieres cien años de prosperidad, educa a personas»  

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