4º) Favorece la infraestima de los humanos. En la batalla entre personas y ordenadores, éstos comienzan a ganarlas. Pierde Kasparov ante Deep Blue, Sandra Bullock en la película La Red o cualquier ciudadano cuando se le comunica su inexistencia porque el ordenador dice que aquí no aparece nadie con ese nombre.
El
vasto mundo de las nuevas tecnologías es cada vez más inaccesible. Ni
los informáticos conocen todo sobre la informática. No existen las
personas sabias. NO existen los expertos informáticos.
Sabemos de una aplicación, de una utilización, de un uso de la
informática y sólo eso. Por tanto, cada vez el universo de cuestiones,
de problemas inexplicables, incomprensibles para nuestra capacidad es
mayor. Por tanto, nuestra percepción es cada vez de ignorancia y el reconocimiento de la misma es bueno – sólo sé que no sé nada
– si tenemos una posibilidad de abarcar lo que no sabemos, pero en el
caso de la informática nunca podemos tener esa percepción ya que lo que
no sabemos empieza a ser inimaginable.
Por otra parte, cada vez sabemos menos de los por qués,
únicamente sabemos cómo se hace. A la pregunta ¿por qué me pasa esto
con el ordenador?, en muchas ocasiones, la respuesta comienza a ser deben ser los duendes. NO podemos afirmar que
así sea, pero el funcionamiento lógico del ordenador comienza a ser de
una lógica no humana, quizás porque maneja más elementos, más variables,
más caminos de los que nuestra capacidad de razonamiento lógico puede controlar. En el mes de julio, cuando la nave Pathfinder
se posó en Marte, hubo una noticia que reclamó mi interés por cuanto
corroboraba mis hipótesis: un problema de comunicación entre la nave y
el robot Sojourner fue resuelto por los técnicos desde la tierra sin poder explicar la causa de la avería.
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