domingo, 15 de septiembre de 2019

Enumeración del incivismo



La llegada de patinetes eléctricos, la realización de carriles bici en espacios compartidos con los peatones, y otras cuestiones de movilidad ha hecho aumentar el incivismo.
Por otra parte, por muchas reglas y prohibiciones, la solución sigue siendo la educación en la escuela y en casa con un principio fundamental el respeto al otro. Sirve lo mismo para la cuestión de la inmigración como para la movilidad ciudadana.
Esto pensaba titularlo “Los okupas ocupan las casas y las clases medias ocupan las aceras” o bien “No sólo Fraga (Manuel) piensa que la calle es suya”. Por motivos personales, suelo caminar sólo y debo esquivar no sólo el atropello de patinetes eléctricos y centauros sobre patines en línea sino también intentar pasar entre la línea Maginot constituida por papa, mama y dos jóvenes adolescentes de 130 cms de espalda que caminan en línea por un paseo de sólo cinco metros, en el que puede incluso haber un banco donde un anciano ha aparcado su silla o su andador. En ocasiones, la línea cambia por dos parejas, también caminan en línea, pero con el ariete de dos maravillosos sillas de bebés, en ocasiones son de gemelos.
También puede ocurrir que te encuentres a un familiar o amigo y decidas hacer un círculo en la mitad de la acera o del paseo. Y por supuesto en Gran Bretaña, se resolvería con un “Sorry” y la retirada del meeting; aquí probablemente “los taponadores” te preguntarán si quieres pasar, alguna vez he contestado que me quería incorporar a la reunión; o bien te dirán que si no tienes suficiente espacio para pasar.
No digo que las cosas también hayan empeorado en otros países, pero siempre ponía como ejemplo que he ido con bici por una calle atestada de gente pero obviamente, yo circulaba con un pie en el suelo y a “paso d’uomo” mientras que aquí y ahora impera la ley del más fuerte.
Por eso, cuando he oído que en una marcha por una movilidad sostenible iban a acudir los patinetes, he decidido que no acudiré porque Yo estoy por la sostenibilidad pero la de las personas respetuosas con el resto de la ciudadanía.
Para hacerlo más interactivo os invito a poner acciones de incivismo ciudadano con la movilidad o con otros temas.
En próximos días hablaremos de los perros y de sus propietarios.

2 comentarios:

Carla López dijo...


La gente está totalmente embrutecida. Como usted bien ha dicho, caminar solo/a por la calle, en ocasiones, puede resultar un incordio debido al incivismo y la mala educación de la gente. Totalmente de acuerdo con lo que usted anteriormente ha mencionado en cuanto a los patines eléctricos, las reuniones en mitad de la acera y las personas que deciden ocupar todo el ancho de la calle para andar, me gustaría añadir lo molesto que es, además de todo esto anteriormente mencionado, encontrar personas que pasean con sus mascotas y no recogen sus excrementos, el mal olor de las calles ocasionado muchas veces por las personas que orinan en ellas, el ruido excesivo, envoltorios y papeles tirados por el suelo, y por no hablar de los chicles pegados en éste.

Por lo tanto, muchas veces la educación de las personas se ve reflejada en este tipo de actitudes, la cual es necesario cambiar desde pequeñas y tanto desde casa como desde la escuela, para así tener unas calles mejores y con ciudadanos más concienciados.

Lucía Montoro dijo...

En la actualidad, existen y cada vez van aumentando las conductas incívicas por parte de los ciudadanos. Conductas como: excrementos de perros en mitad de las calles, ruidos (fiesta, petardos, charlas hasta tarde), el saltarse las normas de conducción, el tirar basura al suelo... y muchos más son actos que no respetan el alrededor, ni a las personas ni a la naturaleza.
La explicación de estos comportamientos descritos está en que algunos se olvidan de la elemental norma de convivencia que es respetar al prójimo. Y eso es un signo de egoísmo; es una demostración de falta de educación, es un rasgo de salvajismo.
A la vista esta, que mientras no haya una educación en valores real y una cultura, estaremos sumidos en una sociedad incívica, sin ningún tipo de respeto, y dejada.