Mi impresionó una lectura en la que explicaba que el final
de la Gran Guerra o II Guerra Mundial no había sido tan idílico como había
contemplado en la gran pantalla con los soldados americanos repartiendo chicles
y chocolatinas. El final también tuvo escenas que no nos mostraron las
películas pagadas por el ejército norteamericano. El ejemplo era más o menos el siguiente:
- una familia alemana o francesa que escapa de la guerra y
del horror nazista porque su tatarabuelo fue judío o su abuelo asistió a una
reunión del Partido Socialista, regresa a su casa donde vivió y nacieron sus
hijos. Afortunadamente, el edificio es de los pocos que permanece en pié a
pesar de los bombardeos. Así, que la comisura de sus labios se llena de alegría.
Y se lanza a subir al tercer piso donde está su casa. Al llegar, la puerta está
cerrada. Conserva la llave, pero al intentar abrir, no funciona. Al oír
trastear, se abre la puerta y aparece “el ocupante” que mira mal encarado a
nuestro protagonista y pregunta:”¿qué quieres?”, el señor dice que esa es su
casa y el “ocupante” le preguntan que donde están los papeles, que él llegó
allí, la puerta estaba abierta y se metió.
Muchas veces se han señalado mujeres que se casaron pensando
que su marido estaba muerto y miles de historias que reflejan que la realidad
no es tan “bonita” como endulza el cine.
Estos finales me llevaron a pensar también en los inicios.
Los inicios que se presentan como que un día, con cautela eso sí, el ejército
alemán invade Polonia y empieza la “escalada” del conflicto. Me pregunto:
¿hasta entonces nadie lo había visto venir? Entre otros acontecimientos
significativos estaba el Golpe de Estado militar, por supuesto, y la Guerra de
España consiguiente en la que todos los países participaron con acciones u
omisiones.
El siguiente pensamiento fue para pensar en la cotidianidad
en países como Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda que no estaban
en huelga. Me imagino el agosto de 1939 en el Lago de cómo donde harían turismo
alemanes, italianos, austriacos. O bien, las personas paseando por las alamedas
de la Provenza o degustando helado en el Paseo delle Promenade de Niza ajenas a
lo que les deparaba en los siguientes seis años o más. Si visitan Trieste en
Italia verán que el ejercito USA tuvo un cuartel general hasta 1949.
Por eso, después de oír las noticias en la radio cuando
salgo a la calle y veo las terrazas
llenas de gente alegre, despreocupada; no sé si es mi paranoia o en realidad
existen paralelismos entre una y otra situación.
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