Pero los zaragozanos no somos capaces de apreciar la belleza de sus obras cuando están en la calle, sin tener que acudir a contemplarlas a un museo que es un espacio cerrado. La ciudadanía es más de pasear, de estar por la calle pero, en ese caso, las esculturas pasan desapercibidas, mimetizadas con el mobiliario urbano.
Además de las esculturas que son obras de arte, también nos encontramos con bustos de personajes ilustres, de aquellos que contribuyeron a la urbanización de la ciudad. Estoy pensando en la erigida en honor del Dr. Cerrada que fue alcalde y contribuyo al alcantarillado de Zaragoza, pero su busto se encuentra en el Parque Grande escondido entre el follaje de los árboles.
En Zaragoza, las esculturas son grandes, están en altura como los leones del Puente de Piedra, el Batallador, el Fernando el Católico de la plaza San Francisco; o el Goya de la plaza del Pilar; otras tienen un algún medio que las protege y aleja del público. Personalmente, me gustan las esculturas de otras ciudades que están a pie de tierra, a disposición de la ciudadanía. Yo las prefiero porque son más evidentes al que pasea.
Os invito a identificar singularmente las esculturas de vuestra ciudad.
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