Siguiendo leyendo minuciosamente el libro de Rosa Montero: "El peligro de estar cuerda", reflexiono sobre esta cuestión que ya estuvo en una entrada de este blog en 2009, por eso el número dos.
En la misma comentaba que fue la primera pregunta abierta que contesté allá por el año 1974. Por lo que dice Rosa Montero, era una cuestión que estaba de moda en aquellos años de esperanza en el que la perspectiva marxista ansiaba un mundo más justo y solidario. Por tanto, la perspectiva de la influencia ambiental ganaba más adeptos especialmente entre los que nos dedicábamos a la sociología y a la pedagogía ya que considerábamos que con nuestros análisis y propuestas íbamos a cambiar el mundo.
"En mi época de universidad, en los últimos años del franquismo, la vieja disputa sobre qué era lo que más influía en el ser humano, si el ambiente o la herencia, se resolvía por goleada a favor del ambiente: eran tiempos en los que la intelectualidad estaba sumamente marcada por el marxismo. Ahora nos hemos pasado en bloque al extremo contrario y todo es biología y genética." (p.38)
Rosa esta hablando de enfermedades mentales y reconoce que en la locura siempre hay una base biológica, química, eléctrica; pero señala que en determinadas circunstancias sociales pueden producirse determinadas hormonas como el cortisol (producida durante los procesos de estrés) que en concentraciones excesivas pueden destruir conexiones neuronales y, tambien, se producen otros cambios que pueden conllevar comportamientos sociales que producen un suma y sigue. En resumen, dicho vulgarmente: somos un animalico muy complejo física y químicamente a lo que hay que añadir que nos movemos en una sociedad cada día mas compleja.
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