Muchas veces hablamos de términos como si fueran sinónimos pero incluyen algún matiz que los hace radicalmente diferentes, por ejemplo, capacidad y competencia.
Uno puede ser capaz pero ser un incompetente. La competencia significa que además de saber, uno sabe hacer, sabe cómo hacerlo y además tiene una actitud positiva para hacerlo.
Nuestra capacidad no sirve sino somos competentes o dicho de otro modo queda latente, es potencial, pero no es efectiva.
Algo ocurre con los cuatro tipos de aprendizaje de Delors: el aprender a conocer y el aprender a hacer podrían ser considerados saberes; mientras que el aprender a vivir juntos y el aprender a ser podrían ser considerados los "sabores" del aprendizaje. Lo que condimenta el saber es el compartirlo y el integrarlo en nuestra condición de ser humano.
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