Segunda versión de la crónica por pérdida de la primera por
trabajar mal informáticamente.
Al igual que los corredores tienen un día de descanso para abordar los Pirineos, nosotros aprovechamos para alcanzar nuestra localización en los tres próximos días: el col de Peyresourde.
La ascensión es cómoda porque la carretera ha sido arreglada recientemente. Llegamos a nuestro campamento base, un hueco y colocamos nuestra autocaravana utilizando las cuñas para evitar los desniveles del terreno. Para lo que contamos con la ayuda de nuestros vecinos.
Al atardecer, llega uno de esos privilegios del camper: disfrutar del silencio de la montaña. Estamos a 1700 mts. Aunque no estamos solos, la sensación me recuerda a la Mariahilfer Strasse vienesa que aún atestada de gente, se puede oír el silencio.
¡Buenas noches!
No hay comentarios:
Publicar un comentario