Como gran parte de los ciudadanos de este país estoy sufriendo la invasión de patinetes eléctricos. Tal vez porque mi camino de casa al trabajo se desarrolla junto a una pista ciclable soporto a los incívicos conductores que pasa junto a mi lado a gran velocidad.
Primera pregunta: ¿A qué distancia debe pasar un vehículo a motor de un ciclista? En Europa y en España a 1,50 mts. Por tanto, ¿por qué no se aplica análogamente la misma distancia de patinete a peatón?
Segunda pregunta: ¿Un incívico y prepotente ciudadano/a subido sobre unos patines en línea puede considerarse conductor? Si la respuesta es negativa, ¿a qué velocidad puede circular en presencia de otros ciudadanos-peatones que pasean de forma numerosa, aglomerada y cuya edad/ complexión física no es la del centauro o amazona que cabalga sobre patines.
Tercera pregunta: ¿La comodidad de aparcar el caballo, perdón el patinete, en el primer sitio que se nos ocurre sin importar que esté en medio de una zona de ayuda para personas con disfunción en la vista no produce una sensación de abandono, de ciudad descuidada? Incluso en el salvaje oeste, los caballos se "aparcaban" en un madero delante del saloon o de la tienda.
Cuarta pregunta: ¿Por qué tanta prisa?
Quinta pregunta: ¿Dónde queda nuestra intimidad? ¿Se atrevería acudir a una cita que no quiere que nadie conozca montado en un patinete que tiene un código QR, que has localizado con tu smartphone que lleva activido el localilzador y que has olvidado a desconectar.
Sexta pregunta: ¿Me he vuelto un viejo cascarrabias?
En cualquier caso, lo que percibo es una falta de RESPETO total por la ciudadanía. La xenofobía de algunos alcanza a cualquiera que no sea de su cuadrilla o de su familia ( y de ésta hay algunos que hacen exclusiones).
miércoles, 12 de diciembre de 2018
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