Después de 40 días de confinamiento, si hiciera un balance de cuántos días he estado optimista o pesimista probablemente se repartiría al cincuenta por ciento.
Todo el día pensando en coronavirus, escuchando noticias de coronavirus te llevan a ver la luz a final del Túnel o pensar que al final del mismo no habrá carretera.
En el camino por ese túnel, esa noticia cercana del amigo, del familiar que ha sufrido un ERTE y todavía no ha cobrado, o aquel que ha tenido la enfermedad, o que ha entrado en la UCI o que ha fallecido nos lleva a mirar con cierto pesimismo la situación.
Y mientras, el optimismo casi no tiene cabida, quizás la esperanza de que la situación crítica nos sirva para aprender, para tener un cambio de pensamiento, para una reorganización de la escala de valores. Aunque el cambio de ideas es lo más difícil para la humanidad.
A quienes perdieron a un ser querido
A quienes sufrieron la enfermedad y la soledad
A quienes sufrieron la soledad.
A quienes les persigue la mala suerte
A todos, salud y amor.
Con cariño a Jesús, el Herrero de Morata.
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