Cuando quedo a comer con algún amigo periódicamente siempre queda la duda de a quién le toca a pagar.
Yo nunca tengo problema en serlo yo porque mi respuesta a la pregunta “¿a quién le toca?” ES:
“Te tengo en la lista de quienes me darán una comida o cena al mes”.
Pensé que si las circunstancias me fueran negativas y no tuviera para alimentarme, podría tener una lista de amigos que me ofrecieran una comida o una cena al mes. Así, a Juan le correspondería la comida del día 1 y a Pepe la cena de ese mismo día. No seria muy oneroso para cada uno/una de los amigos/as y me evitaría pensar que era un “gorrón”.
Tengo ya unas cincuenta personas, sólo de la ciudad de Zaragoza.
En Facebook tengo unos 650 “amigos” de personas que me han pedido amistad en la mayoría de los casos. Antes de aceptarlas miro de quien se trata y que amigos comunes tenemos. Es decir, trato de saber cómo ha llegado a mí. No tengo ningún interés de discutir en la distancia aunque eso conlleve estar en una “burbuja” de opinión. Desde luego que de estos amigos no espero la atención de los amigos para siempre con los que puedo diferir, discutir, incluso enfadarme.
Por eso, utilizo la tecnología para estar en contacto con los amigos de siempre, con los que permanecen después de los años, de las adversidades.
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